Capítulo tres

El heterosexismo entre Lesbianas es Lesbo-Odio

 Bev Jo, Linda Strega y Ruston

Amo a las Lesbianas. A pesar de todos nuestros defectos, yo (Bev) creo que elegir ser Lesbiana es la mejor decisión que una mujer puede tomar en su vida. Si todas las mujeres decidieran ser Lesbianas, el patriarcado terminaría pronto.

Las Lesbianas se encuentran entre las personas más amables y cariñosas, lo que se refleja en la cantidad de activistas que ayudan a otras personas oprimidas, a los animales, al medio ambiente, etc. El problema es que las Lesbianas no siempre son tan cariñosas con las demás Lesbianas, y con demasiada frecuencia priorizan a todos los demás, incluidos aquellos con más privilegios, e incluso a aquellos que nos oprimen deliberadamente. (El peor ejemplo actual de Lesbianas que traicionan a Lesbianas son aquellas que apoyan el “derecho” de los hombres heterosexuales a pervertirnos e invadir nuestros últimos espacios exclusivos para mujeres. ¿Cómo puede una Lesbiana apoyar a un hombre heterosexual que no sólo dice que es Lesbiana, sino que exige acceso sexual a nosotras? El mito de las personas trans y “transgénero” puede ser la estafa y el culto de odio a las Lesbianas más destructivo que los hombres nos hayan impuesto jamás).

Este capítulo trata sobre explorar y resolver por qué las Lesbianas se traicionan a sí mismas y a otras Lesbianas. Cuando conozcamos y comprendamos las razones de ese Lesbo-odio entre nosotras, podremos cambiarlo y crear comunidades Lesbianas más seguras.

Para muchas de nosotras, la primera vez que encontramos una comunidad Lésbica estábamos tan emocionadas y aliviadas que nos tomó un tiempo darnos cuenta de cuán dañadas están la mayoría de las Lesbianas al ser odiadas individualmente y como pueblo* por los hombres, mujeres heterosexuales y bisexuales, niños y niñas y otras Lesbianas que internalizaron el Lesbo-odio. En lugar de estar enojadas con nuestros opresores, muchas Lesbianas dirigen su odio hacia otras Lesbianas. Algunas Lesbianas se preguntan si realmente vale la pena pasar por el sufrimiento de la opresión Lesbiana. Pero aquellas de nosotras que siempre amamos a otras mujeres todavía celebramos y amamos ser Lesbianas y encontrar a otras Lesbianas.

[*N. de la T. La cursiva es mía]

Esta es una actualización de nuestro anterior Capítulo Tres en Dykes-Loving-Dykes, para explicar, despersonalizar y resolver lo que salió mal en nuestras comunidades. Esta es también una breve historia de lo que pasó con mi comunidad feminista Lesbiana tal como la conozco, en el área de la Bahía de Oakland/Berkeley/San Francisco. (También hay otras comunidades de Lesbianas en esta área, como NIA*, que es únicamente para Lesbianas afrodescendientes. Hasta donde yo sé, ninguna Lesbiana de ascendencia europea tuvo jamás algo comparable con ese ser tan Lesbo-amante.)

[*N. de la T. El contenido de la liga ya no se encuentra disponible.]


Comunidad Dyke

Los finales de los años 1960 y 1970 fueron una época maravillosa de esperanza, celebración y comunidad en crecimiento para las Dykes en muchos países. Encontrarnos unas a otras a través del Movimiento de Liberación de la Mujer (WLM), transformó nuestras vidas. Las Lesbianas dejamos de preguntarnos si éramos los errores de la naturaleza que los heterosexuales insistían que éramos. El Feminismo Lésbico hizo que todo lo que antes parecía confuso, ahora tuviera sentido: por qué la mayoría de los hombres se aprovechan de la mayoría de las mujeres; la tristeza que vimos en amigas que habían sido abusadas sexualmente cuando eran niñas; la sensación de libertad y éxtasis que sentimos al estar enamoradas de otras mujeres; y el vacío que vimos en amigas que comenzaron a ser condescendientes con nosotras al elegir niños y hombres, y dejaron de ser las niñas vibrantes amantes de la vida que habían sido, a pesar de su mayor estatus. Incluso estaba claro por qué y cómo los hombres estaban destruyendo la tierra.

Nuestra política y comunidades centradas en las Lesbianas cambiaron nuestras vidas. Una vez que reconocimos que los hombres como grupo eran enemigos supremacistas masculinos y que las mujeres dominantes eran sus colaboradoras, los valores masculinos y dominantes comenzaron a perder control sobre nuestras mentes. Vimos claramente la heterosexualidad como una invención masculina diseñada para dominar a todas las mujeres.

También se hizo obvio que eliminar nuestro propio odio hacia nosotras mismas como Lesbianas nos liberó para crear movimientos y culturas Feministas Lesbianas Radicales Dyke-identificadas, muy diferentes de cualquier cosa existente en la historia patriarcal conocida. Con toda nuestra energía, corazón y política Dyke, nos dedicamos a mejorar la vida de todas las Lesbianas, lo que también ayudó a todas las mujeres y niñas.

La política separatista dejó en claro nuestra necesidad y derecho a tener un espacio exclusivo para Lesbianas. Primero, creamos un espacio exclusivo para mujeres, lo que inició un florecimiento de la creatividad, la política, las ideas, los periódicos, los artículos, los libros, la poesía, la música, el arte y los lugares para bailar, festejar y celebrar entre las mujeres (en su mayoría Lesbianas). El espacio exclusivo para Lesbianas era aún más valioso (poco común en Estados Unidos, pero no en Aotearoa/Nueva Zelanda*). Nos liberó de las mujeres heterosexuales que exigían nuestra energía para ayudarlas a lidiar con sus hombres, y de aquellas que nos cosificaban y oprimían. (Dado que tanto ser hetera como bisexual son opciones, incluimos a las bisexuales cuando nos referimos a las heterosexuales, a menos que se indique lo contrario).

[*N. de la T. Se menciona porque es el lugar de origen de Ruston]

Entendimos por qué necesitábamos poner a las Lesbianas en primer lugar en nuestras vidas – con orgullo, valentía y amor- no por defecto ni pidiendo disculpas. Nos negamos a someternos al ridículo, al odio y a los ataques, a las amenazas de la derecha, al desprecio de la izquierda o a la presión feminista y masculina gay. Fueron los valores y la política separatista Dyke los que crearon una poderosa presencia pública de Feministas Radicales Lesbianas en muchos países. 

Durante la década de 1970, nuestra presencia Out Dyke* también transformó la cultura heteropatriarcal dominante, haciendo que para muchas heterosexuales fuera más fácil y seguro convertirse en Lesbianas. Anteriormente habían tenido demasiado miedo para arriesgarse. Con tanto apoyo, alegría y celebración, se volvió popular e incluso una moda que las mujeres heterosexuales salieran del closet, y por un tiempo pareció que todas las feministas, y eventualmente todas las mujeres, pronto se convertirían en Lesbianas.

[*N. de la T. Fuera del armario / Lesbianas visibles]

Debido a que casi todas las feministas que salieron del armario a través del WLM habían sido heterosexuales, no jugaron el ahora popular juego de fingir que no tenían otra opción, diciendo que o nacimos lesbianas o heterosexuales, o afirmando haber sido víctimas del “Síndrome de Estocolmo”. (Esa estafa es más claramente deshonesta cuando las mujeres eligen ser bisexuales. Las bisexuales a veces incluso se quejan de que las Lesbianas desconfían de ellas, pero la realidad es que están tratando de tener acceso al amor y la comunidad Lésbica, mientras mantienen su lealtad a los hombres para mantener su estatus y hetero privilegio.) De hecho, las Feministas recién salidas del armario como Lesbianas, se propusieron anunciar que ser Lesbiana era una opción de orgullo feminista, asegurándose de que nadie las confundiera con las Lesbianas pre-feministas pasadas de moda, que eran ridiculizadas en los principales medios de comunicación como enfermas mentales pervertidas. 

Sin embargo, pronto aprendimos dolorosamente que la mayoría de las mujeres, incluidas las feministas, seguían siendo heterosexuales y odiaban a las Lesbianas. Aquellas de nosotras que nos convertimos en Feministas Lesbianas Radicales nos sentimos aliviadas de comprender finalmente cómo y por qué estábamos oprimidas como mujeres y como Lesbianas, por lo que nos sorprendió que no todas las mujeres sintieran lo mismo y se unieran a nosotras. Algunas de esas feministas jugaron a ser Lesbianas por un tiempo, pero muchas explicaron que no querían sufrir la opresión Lesbiana, ser castigadas por sus familias, amigos, etc., y que no querían perder los demás privilegios que obtienen las mujeres que eligen a los hombres. (Esta elección se vuelve más clara al recordar que la mayoría de las heteras firmaron sus contratos matrimoniales como una forma de prostitución legal con un hombre; por los servicios sexuales prestados, logran tener un estilo de vida que pocas mujeres podrían tener por sí solas).

Algunas de las nuevas Feministas Lesbianas ya habían estado cerca de convertirse en Lesbianas y habrían salido del armario gracias a su amor por otras mujeres, sin el apoyo de la comunidad feminista Lesbiana. Rechazaron su pasado y sus privilegios tanto como fue posible y fortalecieron conscientemente sus identidades Dyke durante los años siguientes. Pero muchas otras mujeres heterosexuales no se habrían convertido en Lesbianas sin la relativa facilidad y el apoyo de las feministas Lesbianas y nuestras comunidades. (Algunas de estas feministas heteras y bisexuales disfrutaron manteniendo a pleno su hetero-privilegio con esposos y novios, al tiempo que fueron admiradas por algunas Feministas Lesbianas, y también fueron bien recibidas en nuestra comunidad y eventos, claramente ellas tuvieron mucho más estatus que las Lesbianas de toda la vida. Las Feministas Lesbianas incluso proporcionaron cuidado infantil gratuito a estas mujeres para que pudieran tener más tiempo con sus hombres). Las hetero-feministas que dejaron a sus hombres todavía mantuvieron sus valores hetero-orientados y masculino-identificados, y trajeron esos valores destructivos a nuestras comunidades Lesbianas. Como resultado, debilitan, desmantelan y dañan a las mismas Lesbianas y comunidades que las ayudaron a convertirse en Lesbianas.


Propaganda anti-Lesbiana

Cada insulto que las Lesbianas hetero-identificadas dirigen contra Lesbianas Lesbo-identificadas, se basa en estereotipos anti-Lesbianas. El estereotipo patriarcal de una Lesbiana es la de una Butch de toda la vida oprimida por su clase. Cuanto más cerca está una Dyke de ser Butch y/o Lesbiana de toda la vida (Lesbianas que se identificaron como Lesbianas desde una edad temprana), más brutalmente será oprimida.

Los estereotipos son una mezcla de mentiras, proyecciones y distorsiones de verdades parciales. Son ilógicos y contradictorios. Quienes están en el poder (los hombres) los inventaron, y los estereotipos existen sólo para difundir el odio y la violencia, por lo que no es necesario que tengan sentido. Condensen todos los estereotipos lésbicos en siete temas básicos y tendrán un útil indicador mental para detectar el Lesbo-odio disfrazado y comprender claramente a quién beneficia y cómo:

  1. «Las Lesbianas no existen». Todas son realmente bisexuales y/o mujeres heterosexuales que se han vuelto malas, y se han vuelto malas solo para atraer la atención sexual de los hombres y brindar variedad a las escenas sadomasoquistas y a la pornografía. Si se enfrenta a la realidad de una evidente Butch de toda la vida, la hetero-mentalidad rápidamente cambia a:
  2. “Las Lesbianas son pseudo-hombres” que se han vuelto así porque los hombres no las quieren o porque la naturaleza ha cometido un terrible error. Son extraterrestres, monstruosas, feas, insensibles, pervertidas, sórdidas, hipersexuales, depredadoras, violentas, abusadoras de niños, criminales, peligrosas, duras, difíciles: un hombre en un cuerpo femenino. En otras palabras, las Lesbianas son chivos expiatorios convenientes para los crímenes de los hombres. Relacionadas con estos dos estereotipos están las mentiras de que:
  3. «Las Lesbianas son feas». Por supuesto, las mujeres que parecen naturales son feas para los hombres, ya que a ellos les encanta la artificialidad. Esto sería divertido (ya que nada es tan feo como los hombres) si no fuera porque a las niñas y a las mujeres hetero les aterroriza la posibilidad de ser consideradas Lesbianas. También es una buena estrategia mantener a las mujeres obsesionadas con parecer drag queens con alopecia (excepto por sus cabezas teñidas), incluso cuando la vulva afeitada claramente satisface el deseo masculino de violar a las niñas.
  4. «Las Lesbianas son inmaduras» ya que el estatus de adulta se otorga sólo a las hembras que follan con hombres y/o se reproducen. Los sentimientos de las Lesbianas entre sí son enamoramientos infantiles porque se detienen en una etapa temprana de desarrollo. Son soñadoras jóvenes, tontas, poco realistas, frívolas y hedonistas. (Como dijo Freud, para convertirse en mujeres adultas reales, las niñas deben renunciar a los orgasmos del clítoris y reemplazarlos por ficticios orgasmos vaginales).
  5. «Las Lesbianas son unas privilegiadas». Todas son ricas, de ascendencia europea, crecieron en circunstancias inusuales y viven en otro lugar.
  6. «Las Lesbianas están locas». Algún acontecimiento o circunstancia horrible las vuelve raras. ¿De qué otra manera podrían amar a las mujeres? Y como no están cuerdas, son peligrosas para la gente «normal» y no se debe creer nada de lo que dicen, o infectarán a mujeres inocentes con su rareza; y
  7. «Las Lesbianas se sienten solas», son criaturas patéticas y emocionalmente inadecuadas que viven al margen del mundo real. Son incapaces de sentir un amor y una lealtad verdaderos y profundos. Todas anhelan en secreto una vida normal de matrimonio y maternidad.

Al igual que la hetera, la Lesbiana hetero-identificada, utiliza estos estereotipos -a veces abiertamente, a veces sutilmente- contra toda Lesbiana Dyke-identificada, porque no se ha molestado en desaprender los supuestos hetero supremacistas.  Ella todavía trata a las Lesbianas visibles como indeseables «Otras». Una parte importante de ella piensa, siente y actúa como la hetera que es o solía ser.

La Lesbiana hetero-identificada quiere seguir siendo aceptada y valorada en el mundo hetero, que para ella es el “mundo real”. Está ansiosa por convencer a hombres y mujeres heteras de que no ha cambiado mucho y, en cierto modo, no lo ha hecho. Pero también quiere convencer a los heteros de que todas las Lesbianas como grupo no son tan diferentes de la gente heterosexual. Las Lesbianas evidentes/visibles, la enojan y avergüenzan porque nuestra existencia amenaza su campaña por la aceptación heterosexual. Cuando se convirtió en Lesbiana, quería nuestro amor y energía, pero no quería ser como nosotras.


El hetero-privilegio perdura

Las Lesbianas se encuentran entre las únicas personas oprimidas que tienen que lidiar con que nuestro opresor no solo se una a nuestras comunidades, sino que nos supere en número. Merecemos comunidades verdaderamente Dyke-identificadas, donde todas las Lesbianas sean lo más abiertas y Dyke-identificadas posibles. Pero, ¿cómo, cuando las heteras, llenas de cultura masculina, adoración de hombres y propaganda de Lesbo-odio, consiguen seguir uniéndose a nuestras comunidades, sin molestarse en aprender nuestra cultura y reconocer y eliminar su odio hacia nosotras y hacia sí mismas? 

La única manera en que podemos lograr comunidades Feministas Lesbianas Lesbo-amorosas, es que las Lesbianas con más privilegios heterosexuales reconozcan esos privilegios y cambien. (Dado que nuestro libro fue escrito por una Lesbiana de toda la vida y dos Lesbianas ex heterosexuales, decimos “nosotras/nuestro/etc.” para ambos grupos.) Pero la mayoría de las Lesbianas no tienen conciencia de que hay Lesbianas que tienen un hetero-privilegio (o incluso que las heteras han institucionalizado el hetero-privilegio sobre las Lesbianas y las mujeres célibes) o cómo nos afecta dentro de nuestras propias comunidades.

Las mujeres que primero eligieron a los hombres rara vez se cuestionan o consideran qué actitudes lesbofóbicas y lesbo-odiantes trajeron a nuestras comunidades. En lugar de ello, normalmente actúan como si debiéramos estar agradecidas de que se hayan dignado a unirse a nosotras. Lamentablemente, la mayoría de las Lesbianas están de acuerdo, y las Lesbianas ex-heteras probablemente recibirán un estatus especial, admiración y respeto por ser mujeres más “reales” que las Lesbianas de toda la vida. 

¿Por qué las mujeres adoradoras de hombres que son tan masculino-identificadas en su forma de pensar y sentir, se vuelven tan veneradas o incluso consideras más mujeres que aquellas que realmente son más mujeres?*

[*N. de la T. Hace referencia a aquellas Lesbianas realmente Lesbo-Identificadas]

Las Lesbianas que reconocen que las heteras tienen poder sobre las Lesbianas deberían reconocer fácilmente que las Lesbianas que alguna vez fueron heterosexuales tienen más privilegios que las Lesbianas que nunca fueron heterosexuales. Las Lesbianas que solían ser heteras traen consigo parte del poder social y económico del privilegio heterosexual cuando ingresan a las comunidades Lesbianas. También traen enfermedades de transmisión sexual, el peligro de que sus ex maridos o novios las acosen, así como dildos y otras prácticas sexuales sadomasoquistas, que, después de todo, se basan en las desigualdades y el dolor del sexo heterosexual/masculino. La mayoría de las heteras, para tolerar el contacto íntimo con hombres brutales, aprenden a adormecerse y también aprenden a creer que follar y tener sexo agresivo es lo que significa “hacer el amor”. Las Lesbianas ex-heteras también suelen tener esa extraña desconexión entre corazón, mente, espíritu y cuerpo que tienen las heteras y que interfiere con tener relaciones verdaderamente amorosas.

No conocemos a nadie más que se haya atrevido a hablar de esto, pero nos afecta a nosotras y a nuestras comunidades de la manera más íntima imaginable. Ignorar esto, para no ofender o molestar a las Lesbianas ex-heteras, no ayuda a nadie y mantiene a nuestras comunidades dañadas, hetero-identificadas y masculino-identificadas.

Dado que la mayoría de las Lesbianas ex-heteras también son Fem (la mayoría de las mujeres son Fem, que crecieron aceptando la falsa “feminidad” definida por los hombres como nuestra identidad central), esto agrava nuestra sensación de ser normales entre las “anormales” Lesbianas de toda la vida, muchas de las cuales también son Butch (las Butches son lo opuesto a “masculino” y están más cerca de lo que serían todas las mujeres sin el patriarcado).

Si la mayoría de las Lesbianas que en el pasado eligieron ser heteras y Fem, no intentan explorar lo que eso significa para nosotras y para las comunidades Lesbianas, entonces se causará daño y angustia, e incluso la expulsión de las Lesbianas de toda la vida.

Haber sido hetera en el pasado no significa automáticamente que una Lesbiana ahora sea una hetero-identificada. Muchas ex-heteras Dykes salieron del armario debido a su amor por otras mujeres, han sido fuertes Lesbianas visibles durante años y también están oprimidas por la hetero-glorificación entre Lesbianas. Estamos comprometidas a reconocer nuestro hetero-privilegio pasado del mismo modo que reconocemos cualquier otro privilegio que tengamos. Y muchas de nosotras hacemos un valiente trabajo político Lesboseparatista.

Todas las Lesbianas Dyke-identificadas conocen el dolor y las privaciones de ser inaceptables en todas partes y de tener que estar siempre preparadas para ataques hostiles. El haber sido heteras no nos hace inmunes a esta opresión, pero sí actúa como un amortiguador. Lo hace más fácil en proporción a lo heterosexuales que éramos. Cuanto más tiempo fuimos heteras y cuanto más nos involucramos con los hombres, más protegidas estamos ahora del Lesbo-odio. Y aún más estatus tenemos entre las Lesbianas.

El grado de hetero-privilegio que tiene una Lesbiana ex-hetera, está determinado por qué tan alto ascendió en la hetero-jerarquía y cuánto tiempo permaneció ahí. También se ve afectado por otras partes de su identidad -incluido el nivel de privilegio racial que tiene o no, su origen étnico, de clase y nacionalidad, su edad, su apariencia y si tiene o no una discapacidad. Pero todas las Lesbianas ex-heteras alguna vez cruzaron la línea hacia la sociedad “normal” de una manera que ninguna Lesbiana nunca-hetera lo ha hecho. Hay un mundo de diferencia entre estar por encima de esa línea, sin importar cuán oprimida o “poco exitosa” fuera esa Lesbiana ex-hetera, y estar detrás de esa línea, siempre resistiendo a la heteridad/heterada/heterosexualidad -y para las más valientes- siempre siendo también una Dyke.  

Durante los años en que una Lesbiana era hetera, encajaba como una “mujer de verdad”. Esto incluye a aquellas que eran célibes pero todavía se consideraban heteras y esperaban algún día encontrar a «su» hombre. Algunas de estas Lesbianas se identifican falsamente como nunca-heteras, o se presentan como si siempre hubieran sido Lesbianas, pero si vivían como heterosexuales y se consideraban heteras, entonces eran heterosexuales.

Una vez que una mujer ha tenido la experiencia de ser tratada y sentirse como una “mujer de verdad”, nunca la pierde. Su seguridad básica y profunda de ser “normal” le da una sensación interna incuestionable de permiso para actuar con confianza y cierta expectativa de aceptación. También le da un sentimiento de autoridad y superioridad hacia las Lesbianas de toda la vida. La manera en la que aprendió a circular en el “mundo real” es una fuente de defensa interior contra las acusaciones de “perversión” y “anormalidad” que recibe como Lesbiana, y estará con ella mientras viva. Además, siempre tiene la opción de disminuir la intensidad de los ataques heterosexuales de Lesbo-odio diciendo que ella también fue miembro del hetero-club exclusivo. Esto es especialmente cierto si todavía luce como hetera, es Fem, como lo son la mayoría de las Lesbianas ex heteras, y particularmente si también es ex esposa y madre (lo que significa que tenía la prueba social certificada de feminidad “normal”; marido e hijos). Parecer hetera conlleva un enorme privilegio a expensas de las mujeres que se sienten orgullosas de ser Lesbianas Dykes y sobre todo, Butches. Esta es la razón por la que a veces vemos a mujeres ex-heteras ser condescendientes con Lesbianas de toda la vida, especialmente con las Butches, a pesar de que las ex-heteras pueden tener la mitad de su edad. 

Muchas Lesbianas ex-heteras hablan incesantemente de sus hijos, nietos, ex maridos y/o novios, para ganar o mantener su estatus. Incluso hacen esto con otras Lesbianas, ya que también agrega estatus entre las Lesbianas (no importa cuán increíblemente aburridas dejen a sus oyentes). Esta es la señal para que otras ex-heteras se unan a su propio discurso hetero supremacista, afirmando su dominio. En algún momento casi parece ser un duelo sobre quién establecerá las credenciales más hetero masculino-identificadas. La gente heterosexual, incluida la familia, puede convencerse fácilmente de que esas ex-heteras siguen siendo realmente una de los suyos y que sólo está temporalmente involucrada con Lesbianas. Por el contrario, los heteros consideran que una Lesbiana de toda la vida, especialmente si es Butch, es completamente extraña e inaceptable, y es mucho más temida y odiada.

La ex-hetera Lesbiana sabe que no puede encajar en los estereotipos anti-Lesbianas más comunes de la Lesbiana que supuestamente fue “genéticamente programada para ser rara”*, o que se volvió así como resultado de un “trauma infantil” o por un “rechazo por parte de los hombres”. Esto le facilita sentirse cómoda siendo Lesbiana. Las Lesbianas de toda la vida son mucho más vulnerables a que se les apliquen esos estereotipos, incluso por parte de Lesbianas, porque la mayoría de los estereotipos anti-Lesbianas se basan en la suposición de que “la Lesbiana típica” nunca fue heterosexual.

[N. de la T. La palabra en inglés es queer, entendido en su contexto histórico y geopolítico]

Es irónico cuando la ex-hetera Lesbiana se defiende ante los heteros diciendo que ella eligió ser Lesbiana, pero luego le niega a las Lesbianas que ella eligió ser hetera. La ex-hetera que se niega a reconocer que su heterosexualidad fue una elección, perpetúa el estereotipo de que las Lesbianas de toda la vida nacen “raras” (en la definición tradicionalmente odiosa de lo que se les grita a las Lesbianas), mientras que la ex-hetera que les dice a la gente heterosexual que ella tuvo una opción (dando a entender que otras no la tuvieron), está comprando aceptación a costa de las Lesbianas de toda la vida. De hecho, ella está diciendo: «No soy una de esas reales pervertidas. Soy una Lesbiana más normal”. Su defensa es un rechazo egoísta e irresponsable de las Lesbianas. El hecho es que todas las Lesbianas eligen ser Lesbianas, recordemos o no haber hecho esa elección.

El privilegio relativo de las ex-heteras es similar a cómo las Lesbianas de clase media o alta nunca sentirán lo que sienten las Lesbianas de clase pobre o trabajadora, incluso si se volvieran pobres. Una preocupación actual por no tener suficiente dinero, no es igual a la experiencia de una Lesbiana a la que le han dicho que no es lo suficientemente buena durante toda su vida, y que se lo sigan diciendo -incluso otras Lesbianas- en el presente y futuro previsible. Es más probable que la Lesbiana de clase media o alta tenga una actitud confiada, incluso arrogante, para hacer la vida más fácil y conseguir respeto, atención y las cosas que desea, incluidos trabajos mejor pagados y con mayor estatus. Estas Lesbianas privilegiadas nunca son definidas como pobres o de clase trabajadora por Lesbianas políticamente conscientes; sin embargo, una mujer hetera que acaba de salir del armario suele ser aceptada como Lesbiana y como Lesbiana que ha estado fuera del armario durante toda su vida. Una estrella Lesbiana dijo una vez: «No importa si eres Lesbiana durante cinco minutos o cincuenta años». Pero sí importa. Las verdaderas Feministas Lesbianas se sentirían indignadas si una Lesbiana rica que acaba de perder su dinero, ahora se definiera a sí misma como pobre o de clase trabajadora. Por supuesto, las Lesbianas que se vuelven Lesbianas, son Lesbianas, pero hay un mundo de diferencia entre sus vidas y experiencias y las de una Lesbianas que ha estado fuera del armario durante muchos años. 

Cuando las valientes Dykes que se han resistido a la hetero-identificación y a la masculino-identificación, son despreciadas y vigiladas para volverse más femeninas y hetero-orientadas, entonces las comunidades Lésbicas se debilitan. Es este creciente heterosexismo lo que ha hecho que muchas Lesbianas Dyke-identificadas se pregunten si nuestra creencia e idealismo sobre la integridad y bondad de las Lesbianas podría ser una equivocación. Pero la opresión y la crueldad que presenciamos en las comunidades Lesbianas no es una parte innata del Lesbianismo; la mayor parte de eso proviene de valores masculinos y heterosexuales.


La jerarquía heterosexista entre las Lesbianas

Para comprender el heterosexismo entre las Lesbianas, debemos comprender las experiencias específicas de las Lesbianas y la opresión hacia las Lesbianas de toda la vida, las Lesbianas que nunca fueron heterosexuales, las Lesbianas que salieron del armario antes del apoyo del Movimiento de Liberación de la Mujer y las Butches. Estas son cuatro experiencias e identidades diferentes, y a veces se superponen, pero a veces no.

Por ejemplo, una Lesbiana que nunca fue heterosexual no necesariamente siempre ha sido Lesbiana. Es posible que haya salido del armario más tarde en la vida. (Debido a la influencia de la psicología freudiana, generalmente se supone que todo el mundo es sexual de alguna manera; se asume que una mujer que nunca fue hetera siempre ha sido Lesbiana. Pero algunas mujeres no se consideraban ni heteras ni Lesbianas hasta que salieron del armario). De hecho, la mayoría de las niñas son vehementemente anti-masculinas y anti-heterosexuales durante la mayor parte de su infancia antes de decidir convertirse en heteras. También podemos convertirnos en Lesbianas mucho antes de hacer el amor por primera vez. Es posible nunca haber tenido una amante y aún así saber que eres Lesbiana, a cualquier edad, y sufrir odio y ostracismo por tener el coraje de salir del armario con amistades y gente conocida. (Estaba enamorada de otras chicas desde mis primeros recuerdos y esa fue la influencia más importante en mi vida). Además, algunas Butches han sido heterosexuales, aunque la mayoría no.

No existe ningún lenguaje o análisis político que respalde las experiencias particulares de Lesbianas de toda la vida, de Lesbianas nunca-heteras, de Lesbianas que salieron del armario antes del WLM y de Butches. Las editoras Lesbianas políticamente responsables, que dicen acoger especialmente con agrado los escritos de las Dykes más marginadas, oprimidas y raramente representadas, normalmente enumeran sólo aquellos grupos reconocidos por la izquierda masculina.

(Eso fue hace décadas. Ahora se centran en los títulos y las credenciales, en el poder otorgado por el patriarcado, que alguna vez fue tratado con sospecha por las feministas, o enumeran a sus hijos y nietos).

Es esencial luchar contra toda opresión porque es incorrecta y perjudicial, en lugar de crear una plataforma política simbólica que suene bien. Desafortunadamente, muchas Lesbianas privilegiadas parecen estar en contra de ciertas opresiones sólo porque algunos hombres y mujeres heteras y sus organizaciones dicen que es lo aceptable. Si las únicas personas que lucharan contra las mismas opresiones fueran Lesbianas, los problemas serían mayoritariamente ignorados. Ha sido extremadamente perjudicial para la política Lésbica que las cuestiones específicamente Lésbicas sean tratadas como “personales” y, por lo tanto, triviales. Peor aún, si nos atrevemos a decir que existimos, somos condescendientes, ridiculizadas o acusadas de alardear de ser “estrellas de oro” (el término utilizado habitualmente para ridiculizar y silenciar a las Lesbianas de toda la vida), a pesar de que la mayoría de las demás Lesbianas se jactan constantemente de sus hetero-pasados. El pasado hetero-privilegio de las Lesbianas no se menciona en términos políticos ni se incluye en las autodescripciones porque es la norma asumida para todas las Lesbianas.

Otra forma de intentar silenciar el debate sobre la opresión Lesbiana es decir que es menor en comparación con opresiones más graves como el racismo o el clasismo. Pero ser apuntadas, atacadas y asesinadas por ser visiblemente Butches y Dykes no podría ser más grave. Además, nunca hay ningún conflicto entre luchar contra la opresión Lesbiana y otras opresiones. Un mayor porcentaje de Lesbianas oprimidas por raza y clase son Lesbianas de toda la vida, Lesbianas nunca-heteras y/o Butches. Ignorar su opresión Lésbica se añade a su/nuestra opresión por racismo y clasismo.

En el Capítulo Tres, nombramos la Jerarquía Heterosexista entre todas las mujeres, y quienes están en la cima supervisan y vigilan a las mujeres de más abajo, en nombre de los hombres. Las esposas y las madres son las más privilegiadas en la Jerarquía Heterosexista, mientras que las mujeres solteras y célibes son las heteras menos poderosas. Pero la jerarquía heterosexista no se detiene en la línea que divide a las heteras y a las Lesbianas: continúa entre las Lesbianas. Las Butches y las Lesbianas de toda la vida que salieron del armario antes de la WLM están en la parte inferior de toda la jerarquía y también se utilizan como los estereotipos más aterradores de Lesbianas, utilizados para asustar a otras mujeres y alinearlas. Sin embargo, los hombres y sus colaboradoras que ridiculizan a Butches también intentan evitar que seamos vistas o conocidas, por lo que nunca o rara vez se nos permite aparecer en los medios de comunicación convencionales o incluso «lésbicos». La única Butch que fue retratada en una película convencional, fue violada y asesinada a golpes, lo que envió un mensaje a todas las niñas y mujeres por parte del patriarcado. 

Ese odio a las Lesbianas tuvo un efecto profundo en mi primera amante y en mí en 1968, cuando ella tenía 16 años y yo 17 años. La única película «Lésbica» que mostraba a una «Butch» era una película horriblemente sadomasoquista Lesbo-odiante llamada The Killing of Sister George. Otras películas que vimos también  eran terriblemente Lesbo-odiantes, como The Fox, donde un hombre mata a una Lesbiana y consigue a su amante, y The Children’s Hour, donde las profesoras son acusadas falsamente de ser Lesbianas pero cuando una de las mujeres se da cuenta de que ama a su amiga, se avergüenza tanto que se suicida. El único libro sobre Lesbianas que conocíamos era The Well of Loneliness, con el mensaje de que si realmente amas a tu amante, la abandonarás para que pueda encontrar la felicidad con un hombre. En los principales medios de comunicación no había nada remotamente positivo sobre las Lesbianas.

Cuarenta y seis años después, en realidad hay Lesbianas queridas en los medios (aunque la heterosexualidad todavía se promueve agresiva y pornográficamente como la norma), pero todavía no hay Butches. Piensen en lo que significa que a una población entera de mujeres nunca se le permita aparecer en películas y televisión. Entonces pensemos en lo que esto significa cuando esta censura también se aplica en los medios “Lésbicos”, lo que significa que las Lesbianas y otras mujeres no tengan un punto de referencia veraz que les permita hablar sobre lo que significa ser Butch. (En los grupos Feministas Radicales, las mujeres se agitan tratando de encontrar aunque sea a una Butch, mientras que otras hacen comentarios crueles Butch-odiantes basándose en su creencia de que las Fems que se presentan como estereotipos extraños de Butch son realmente Butch.)

Si intentas hablar de esto, te dirán que las mujeres retratadas en películas, televisión y libros ilustrados son Butch, cuando no lo son. En el mejor de los casos (o en el peor, en realidad) son una caricatura grotesca y repulsiva de Butches, como el personaje de Lea DeLaria, Big Boo, en Orange Is the New Black, que la mayoría de la gente cree que representa con precisión a Butches reales, a pesar de que el personaje es lo opuesto a una Butch y Lea ha dicho públicamente que ella es Fem. (Por supuesto, esa serie también retrata a un hombre que se hace pasar por mujer, Laverne Cox, interpretando al personaje que enseña a mujeres reales sobre sus vulvas porque son demasiado estúpidas para saber sobre sus propios cuerpos, tanto como lo sabe un hombre). En The L Word y en los cómics y libros ilustrados de Alison Bechdel, Dykes to Watch Out For, las «Butch» son personajes mujeriegas que además son gender-queer y sadomasoquistas, o simplemente un poco menos femeninas que los otros personajes. ¿Por qué las Butches somos tan terroríficas que no debemos mostrarnos en absoluto o mostrarnos como lo opuesto a quienes somos? [1]

Las Lesbianas que están más abajo en la jerarquía heterosexista tienen más probabilidades de reconocer lo que decimos como cierto. La opresión limita nuestras vidas de innumerables maneras, mientras que los privilegios son fáciles de dar por sentado. Por ejemplo, una ex-hetera Fem que es madre, generalmente no se da cuenta de que los mismos heterosexuales que son amigables y serviciales con ella en el trabajo, en su vecindario y en la calle, probablemente sean abiertamente crueles con una Lesbiana de toda la vida, incluso si ambas Lesbianas provienen del mismo origen racial, étnico y de clase. La Dyke que es víctima de esta opresión no puede evitar darse cuenta, pero, a menos que tenga apoyo político, lo más probable es que se culpe a sí misma por ser despreciada, y otras Lesbianas también pueden culparla a ella.

No estamos “rankeando las opresiones” — Eso ya lo han hecho por nosotras los hombres y sus colaboradoras. Estamos explicando la opresión y trabajando para ponerle fin. Esta jerarquía es real y omnipresente. Cualquier Lesbiana que quiera luchar contra la opresión hacia las Lesbianas puede observarla cualquier día y a cualquier hora. Las vidas de las Lesbianas son lo suficientemente importantes como para que se les preste mucha atención.

La jerarquía heterosexista entre Lesbianas comienza con las ex-heteras Lesbianas que han sido esposas de hombres y han sido madres, y luego, en orden descendente, con las Lesbianas ex-esposas, las madres Lesbianas que nunca se casaron, las ex-heteras Lesbianas que nunca se casaron, las Lesbianas que se consideraban heterosexuales aunque nunca follaron con hombres, las Lesbianas que nunca fueron heterosexuales y las Lesbianas de toda la vida y Butches. Cualquier Lesbiana que salió del armario antes del WLM tiene menos privilegios que sus contrapartes en la jerarquía que las que salieron del armario durante o después del WLM. Las que son Fem tienen más privilegios que las Butches en la misma posición en la jerarquía, y las Fems que pasan por heteras tienen muchos más privilegios que las Out Dykes*, especialmente las Butches. (En el patriarcado, no ser reconocida como Lesbiana puede significar vivir, en lugar de ser asesinada. Las Lesbianas tienen un rango: algunas son lo más Dyke posible, mientras que otras son drag queens femeninas. Algunas son reconocibles para otras Lesbianas, pero no para la mayoría de la gente heterosexual, y hay formas en las que algunas Lesbianas se feminizan casi uniformemente, como las mujeres que tienen el pelo muy corto, pero largos aretes colgantes, que incluso muchas heteras no usan). Una vez más, las Lesbianas que sufren opresiones adicionales tienen menos privilegios que otras que ocupan el mismo lugar en la jerarquía heterosexista.

[*N. de la T. Lesbianas visibles]

Por lo tanto, la cantidad de privilegios que tenía una Lesbiana cuando era hetera, que se basa en el tiempo y la devoción brindada a los hombres, determina cuánto poder heterosexista tendrá entre las Lesbianas.

Por supuesto, cualquier Lesbiana que se jacte a sí misma como madre y ex esposa mantiene más hetero-poder que una Lesbiana similar que no lo haga. Hay algunas Dykes que cuando eran heteras estaban en la cima de la jerarquía, pero que ahora rechazan su pasado, y hoy se encuentran odiando y luchando activamente contra el heterosexismo. Una pasada elección de heterosexualidad no significa que ahora alguien tenga que ser hetero-identificada o masculino-identificada. No importa qué tan alto esté una Lesbiana en la hetero-jerarquía, si elige de todo corazón ser una Dyke, su amor, cuidado y respeto por las Lesbianas se manifiestan. Sus elecciones actuales la hacen más Dyke-identificada que una Lesbiana que estuvo menos conectada con los hombres en el pasado, pero que todavía habla de novios de hace décadas y que actualmente se identifica con heteras, protegiéndolas y cuidándolas a expensas de las Lesbianas.

Una fuerte identidad Lesbiana es una elección, y el hetero-privilegio pasado no lo impide. Lo más importante es identificarse principalmente como Lesbiana, con otras Lesbianas. Muchas separatistas ex-heteras y Lesbianas Feministas Radicales, incluidas ex-esposas y madres que conocemos, están tan enojadas con las Lesbianas de toda la vida y las Dykes, que glorifican la heterosexualidad. 


El atractivo del hetero-privilegio

La Lesbiana hetero-identificada internalizó los valores masculinos y heteros cuando era niña, pero cree que esos valores son una parte innata de su propia naturaleza femenina. Haber sido hetera significa que se adaptó a la vida como un conjunto de reglas establecidas por el patriarcado. Ahora que se ha convertido en Lesbiana, actúa como si la cultura Lesbiana fuera simplemente un conjunto diferente de reglas. Así que puede enorgullecerse de romper las “reglas Lésbicas”, ridiculizar la cultura Lesbiana y bromear y alardear de ser “políticamente incorrecta”, cuando en realidad sigue las reglas masculinas y oprime a las Lesbianas.

Las ex-heteras que son Fem tienen más probabilidades de mantenerse al día con las siempre cambiantes hetero-modas en maquillaje, peinados, ropa, comida, dietas, lenguaje, entretenimiento y política, lo que las convierte en un símbolo de estatus para pasar como heteras. ¿Cómo puede una Lesbiana confiar o trabajar políticamente con alguien que pasa tanto tiempo mirándose en el espejo y obsesionada con hacer que su apariencia y comportamiento se ajusten a los estándares masculinos? Cuando a las Lesbianas les gusta una imagen hetera cachonda, están revelando que no se sienten oprimidas por ella. Después de todo, muchas ex-heteras Lesbianas optaban por usar maquillaje, vestidos, aretes y tacones altos para complacer a los hombres que se las follaban. Eso les dio privilegios y estatus, demostrando que eran mujeres adultas “reales”. Nunca experimentaron esa hetero-vestimenta como un símbolo de traición íntima y colaboración, por lo que no entienden a aquellas de nosotras que lo hacemos. Las Lesbianas que abrazan el uniforme heterosexual oprimen a todas las Lesbianas Dyke-identificadas, particularmente a aquellas de nosotras que éramos Lesbianas jóvenes sin apoyo mientras veíamos a nuestras amigas de la infancia ponerse vestidos, tacones altos y maquillarse como si hicieran los pasos para “crecer” y seguir adelante con la heterosexualidad. ¿Las Lesbianas que pasan como heteras, se sienten superiores a las Butches y a las Fems Dyke-identificadas tal como lo hacían cuando eran heterosexuales? La mayoría de ellas actúa como si lo hiciera. 

Una Lesbiana dijo que le gustaba mencionar a su ex-marido para que la heterada supiera que ella no era “sólo una rara” o una mujer rechazada por los hombres. Hemos escuchado a muchas Lesbianas hablar afectuosamente sobre sus ex-maridos, diciendo que hablan de sus vidas y amistades Lésbicas con ellos. Ignoran que los hombres no son dignos de confianza y que otras Lesbianas no quieren que se comparta información sobre ellas con ningún hombre o niño. A estas ex-esposas tampoco les importa cómo su cercanía con un ex-marido afecta a sus amantes Lesbianas. (De hecho, una Lesbiana que conocemos permite que su ex-marido le lleve flores en su “aniversario”, a pesar de que se divorció de él hace años y ahora está casada con su amante Lesbiana. ¿Hacen esto los hombres cuando sus ex-esposas se han casado con otros hombres? )

Sabemos de Lesbianas que dejan que sus hijas pasen la noche con sus ex-maridos, aunque saben que él duerme en la misma cama que la niña. Al igual que las madres solteras, estas madres Lesbianas terminan cooperando en la violación de sus hijas, porque para ellas es más importante preservar la mística del “amor” familiar que proteger a sus hijas de la violación familiar.


Las bisexuales eligen no ser Lesbianas

Las Lesbianas hetero-identificadas dicen que cualquiera que diga que es Lesbiana, es Lesbiana. (Algunas incluso incluyen a hombres que pervierten a las Lesbianas en esta definición). Pero para nuestra propia protección física, psíquica y emocional, tenemos que nombrar a las bisexuales por lo que son.

¿Por qué una bisexual se dice Lesbiana? Para que le resulte más fácil aprovecharse de las Lesbianas y aumentar su valor de mercado para los hombres. A los hombres les gusta pensar que las Lesbianas quieren que las follen porque eso satisface sus fantasías egoístas y pornográficas. Como dijo una separatista: «Cuando una bisexual se llama a sí misma Lesbiana, le está dando a su polla más valor de macho, que una mujer heterosexual común».

Las bisexuales no sólo son peligrosas emocionalmente para las Lesbianas, sino también físicamente, considerando desde las enfermedades de transmisión sexual (incluidas algunas incurables y letales) hasta los casos de Lesbianas que han sido discapacitadas y asesinadas por los celosos ex-maridos y novios de sus amantes bisexuales. 

Ser bisexual no es un acto del destino sino una elección. Es elegir ser sexual con mujeres y al mismo tiempo elegir ser sexual con nuestros opresores, los hombres. Algunas bisexuales se aprovechan del amor Lésbico, que es mucho más íntimo y apasionado que el que obtendrían de un hombre, pero regresan al hetero-privilegio cuando les conviene. Algunas utilizan su inversión en los hombres como arma para dañar a las Lesbianas, como aquella Lesbiana que se jactaba de amenazar a sus amantes Lesbianas diciendo: «Eso me hace querer volver con los hombres». Las Lesbianas hetero-identificadas que mantienen un pie en el mundo heterosexual tienen más probabilidades de volver a ser heteras. 

Muchas lesbianas, al igual que esta mujer, han vuelto a ser heteras o bisexuales. Estas mujeres se quejan de que “fue demasiado difícil, demasiado doloroso, demasiado íntimo con las Lesbianas”. Muchas Lesbianas se culpan a sí mismas y se preguntan: “¿Qué estamos haciendo mal para que estas mujeres vuelvan a los hombres?” Esas mujeres volvieron con los hombres porque, en primer lugar, no los habían abandonado y están dispuestas a traicionarse a sí mismas y a nosotras para seguir teniendo el hetero-privilegio.

Hubo una reunión en Berkeley, California, sobre por qué las Lesbianas se vuelven heteras. Después de que una sala llena de Lesbianas expresara su corazón por sentirse traicionadas por esto, una mujer le dijo al grupo que había comenzado a follar con hombres nuevamente. La “facilitadora” Lesbiana dijo: “¡Fuiste muy valiente al venir a esta reunión!”. Ella no reconoció la valentía de las Lesbianas que estaban en la sala y que siguieron siendo Lesbianas, o que se hicieron vulnerables al discutir con otras Lesbianas desconocidas el dolor de la traición. En lugar de hacer que ese espacio fuera seguro para las Lesbianas, apoyó a una colaboracionista y traidora.

Conocemos a una mujer que solía ser una separatista Lesbiana, volvió con los hombres como bisexual y luego, después de descubrir que había contraído el SIDA de su último novio, regresó con las Lesbianas. Una amiga dijo que el clasismo de su amante de clase media era parte del por qué esta mujer comenzó a follar con un hombre de clase oprimida, pero ella misma era de clase trabajadora y nunca habría considerado siquiera hacerse amiga de un hombre para obtener apoyo de clase. Otras dos de nosotras también éramos de clase trabajadora y estábamos indignadas de que se utilizara el clasismo como excusa para que esta mujer traicionara a las Lesbianas. Las Lesbianas de clase trabajadora y pobres no son más propensas a regresar con hombres y no es culpa de las Lesbianas privilegiadas si lo hacen. Anteponer las opciones hetero/bisexuales a las Lesbianas es opresivo para las Lesbianas de todos los orígenes. Ni siquiera se mencionó el hecho de que esta colaboradora podría haber infectado con SIDA a sus amantes Lesbianas.


La mentalidad hetero/masculina de “Follar”: Evitar el amor y la pasión a cualquier costo

Las mujeres que eligen hombres aprenden a desconectar su mente/cuerpo/espíritu. A menos que se esfuercen por desaprender esto, las Lesbianas hetero-identificadas traen actitudes masculinas sobre la sexualidad a sus vidas Lesbianas. Están acostumbradas a pensar que la sexualidad está separada del amor y la pasión, y de su yo interior real, lo que las entumece sensual y emocionalmente, especialmente si fueron activamente heterosexuales durante años. Piensan en términos de coqueteo, competencia, juegos, conquistas, libido, “deseo sexual”, “follar”, “sexo caliente”, “técnica”, etc. -y están entusiasmadas con el poder Fem del hetero-privilegio, el dominio y sumisión, así como del sadomasoquismo. Todo lo cual significa que evitan la intimidad, la pasión y el amor reales.

Como heteras Lesbo-odiantes, habitualmente convertían a las Lesbianas en chivos expiatorios de los crímenes cometidos por hombres, y después de convertirse en Lesbianas continúan haciéndolo de manera más íntima. A veces desahogan su ira mal dirigida siendo crueles durante las discusiones. Otras veces practican juegos sexuales hirientes, como evitar hacer el amor con su amante mientras esperan que ella sí les haga el amor, coquetear seductoramente para tratar de ser el centro de atención, etc. Algunas Lesbianas hetero-identificadas quieren que todas las demás se sientan atraídas por ellas, incluso las Lesbianas que no les interesan. Pueden convertirse en amantes de Lesbianas que no les gustan, simplemente para obtener poder, para poner celosa a otra persona, por una pequeña venganza, por atención, por un sentimiento de conquista u otras razones que no tienen nada que ver con el amor o incluso la pasión.

Este es un hetero-comportamiento en el que las mujeres odian a otras mujeres y compiten con ellas. Una hetera obtiene poder social haciéndose atractiva para los hombres y haciendo que se peleen por ella. No necesariamente se siente atraída por los hombres con los que coquetea, pero ha elegido absorber el dogma hetero de que debe ser «bonita» y «sexy», y está compitiendo con otras mujeres para aumentar su estatus heterosexual. Estos hetero-juegos son opresivos e hirientes cuando se practican con Lesbianas.

La siguiente situación no es poco común: una Feminista Lesbiana Radical Fem recién salida del armario, aparece en nuestra comunidad, expresa rabia contra los hombres y seduce a varias Lesbianas en un grupo de amigas, sin ser sensible a las relaciones existentes o a las vulnerabilidades individuales. Pronto queda claro que está jugando, como lo hacía recientemente con los hombres. Después de convertirse en amante de varias Lesbianas, se muestra sorprendida por el comprensible/evidente dolor, ira y celos que causó y entonces reprende a las Lesbianas por ser “posesivas” y “anticuadas”. Una de esas Lesbianas dijo sorprendida: “Realmente es diferente entre las Lesbianas que con los hombres, ¿no es así?” Ella no quería entender la profunda implicación emocional de la mayoría de las Lesbianas con sus amantes. Cuando coqueteó y dijo “te amo”, muchas Lesbianas le creyeron. También se sintieron orientadas a cuidarla, porque ella había hablado de haber sido abusada por sus novios y de sentirse sola como nueva Lesbiana. Pero ella estaba en una posición de poder con la mayoría de las Lesbianas debido a que era Fem y había tenido un reciente y extenso hetero-pasado.

Otra Feminista Lesbiana Radical que conocíamos también había sido activamente hetera. Luego dio la impresión de ser políticamente sofisticada y elocuente sobre la opresión hacia las Lesbianas, y también coqueteó con muchas Lesbianas. Más tarde, en un programa de televisión local, con toda una vestimenta Hard Fem hetera, se describió a sí misma como Fem, diciendo a la audiencia de hombres y heteras: “coqueteo con cualquier cosa que se mueva, incluidos los hombres”. 

Cuando muchas ex-heteras Lesbianas hablan de sexualidad Lésbica, utilizan términos como “follar”, “penetración”, “coños”, “venirse”, “empujarse” y todo el resto de imágenes pornográficas agresivas de los heterosexuales – como si fuera una conversación divertida, chistosa, natural, emocionante y bienvenida entre Lesbianas. Al igual que sus charlas “casuales” sobre hetero-experiencias pasadas que involucran matrimonio, hijos y nietos. Dicha conversación es el lenguaje deliberado de la dominación heterosexual y es una forma de excluir y reprochar a las Lesbianas que se resistieron a la heterosexualidad. Las ex-heteras Lesbianas Dyke-identificadas tampoco quieren escuchar esta basura repugnante. Incluso las ex-heteras Lesbianas amables pueden hacer que sus amigas Lesbianas escuchen sobre por qué piensan que una planta parece testículos o un “condón usado”. (Aún no sé si está acostumbrada a hacer esto con sus amigos varones y heteras o qué, pero decir este último comentario durante una cena con un grupo de Lesbianas no obtuvo una respuesta feliz).

Hay muchas escritoras Lesbianas muy elogiadas y leídas internacionalmente que impulsan su política ofensiva y hetero-orientada en sus escritos. Ven pollas por todas partes [2], o sus personajes “Lesbianas” ignoran las partes del cuerpo femenino que los hombres ignoran, como el clítoris, y en cambio están preocupadas por lo que básicamente parece follar. Incluso las heterofeministas solían reconocer que este tipo de escritos eran sexistas y pornográficos. Algunas también se dirigen a Butches para ridiculizarlas y caricaturizarlas, todo para el disfrute de su público masculino y heterosexual.

Las tres primeras mujeres más influyentes que escribieron sobre el “sexo Lésbico” y dañaron seriamente a nuestras comunidades Lesbianas al promover la pornografía y el sadomasoquismo a finales de los años setenta y ochenta fueron bisexuales: 1. JoAnn Loulan, una terapeuta que se identificó como Lesbiana para ganar dinero explotando nuestra comunidad con sus libros y talleres. Linda y yo escribimos en Lesbian Sex, Is It?, nuestra reseña de su libro, Lesbian Sex, que ella tenía que ser bisexual, basadas en su descripción de las Lesbianas como “que tienen relaciones sexuales maravillosas con los hombres”. Después de años de negar esto mientras promocionaba sus libros Lesbo-odiantes y Butch-odiantes, Loulan finalmente admitió que estaba con un hombre. 2. Pat Califia, una Fem sádica bisexual, trajo el sadomasoquismo y la pornografía a nuestra comunidad desde la comunidad masculina gay, al iniciar «Samois», el primer grupo “Lésbico Feminista S/M” y escribir un libro sobre sexo “Lésbico” y luego la pornografía que glorificaba a las Lesbianas violadas grupalmente por hombres gay. (Califa ahora se identifica como un “hombre gay” y es amante de otra mujer que se identifica como “hombre gay”).  3. Susie Bright era más claramente bisexual y fue una de las primeras pornógrafas “feministas de sexo positivo”. De manera similar, los pocos libros supuestamente sobre Butches también eran de mujeres bisexuales, llenos de pornografía y estereotipos Butch-odiantes.

Estas pornógrafas hetera/bisexuales han sido parte del por qué las Lesbianas han sido identificadas falsamente con el sadomasoquismo, aunque esa historia se remonta directamente a las organizaciones masculinas heterosexuales y homosexuales.

Las sexólogas “Lesbianas” difunden propaganda Lesbo-odiante, como por ejemplo: “complácete a ti misma a toda costa, incluso si eso significa fantasear con que tu amante es una mujer hetera o incluso un hombre” y “todo está bien si te produce emoción”, incluyendo la pornografía y el sadomasoquismo (a pesar de que causan cada vez más entumecimiento, aburrimiento y desconexión entre mente, cuerpo y emociones). También ignoran las emociones Lésbicas como el amor.

En el libro de Loulan, “Lesbian Sex”, ella sugirió que las Lesbianas deberían meterse una variedad de objetos extraños en sus vaginas, como consoladores (que se usan con un arnés), pelotas, puños, puntas de espárragos, calabacines, tubos de goma, etc. A las Lesbianas que se oponen a la “penetración”, las describe como “sexualmente atrasadas” y “mojigatas”. Incluso recomienda que alguien con una vagina «espasmódica» entrene su vagina para aceptar objetos cada vez más grandes y luego mueva los objetos repetidamente dentro y fuera de una vagina cada vez más entumecida y traumatizada. Para aquellas a quienes les resulta demasiado doloroso, ella insiste en que lo hagan durante una hora y luego vean cómo se sienten. (Esto es exactamente lo que los terapeutas masculinos recomiendan a las víctimas de violación y también a las mujeres heterosexuales que odian ser folladas).

No hay apoyo para que las Lesbianas exploremos por qué tenemos derecho a rechazar que el contacto sexual sea doloroso o incómodo, o que es posible tener relaciones sexuales multiorgásmicas extremadamente apasionadas sin tocar las vaginas en absoluto. El clítoris es la parte de nuestra vulvas con sensaciones más intensas, mientras que la vagina tiene muy pocas terminaciones nerviosas. Pero, por supuesto, el principal interés de los hombres son las vaginas, por lo que la mayoría de las niñas y mujeres piensan que su «vagina» es su vulva o ni siquiera conocen la palabra «vulva». En algunas culturas masculinas, los clítoris son tan amenazadores que se eliminan de la vulva de todas las jóvenes.

Para las Lesbianas que están solas y sin apoyo, no hay casi nada “Lésbico” que leer que no coincida con los estándares pornográficos masculinos y heteros. El verdadero amor y pasión Lésbica se presenta como ridículo y demasiado emotivo, mientras que para las Lesbianas se promueve el repulsivo y frío sexo heterosexual o gay. 

Muchas de nosotras hemos sido lastimadas por amantes ex-heteras mientras “hacíamos el amor”. Una amiga que salió del armario a los treinta años se sorprendió cuando su primera amante, que era estereotipadamente femenina masculino-identificada, de repente fue tan brutal e hiriente con ella en la cama como los hombres con los que había estado anteriormente. Le expliqué que no es así como son la mayoría de las Lesbianas de toda la vida y las Butches (a menos que sean entrenadas por mujeres ex-heteras), pero que aquello no era raro entre las mujeres «femeninas» que primero eligieron a los hombres.

Las mujeres que aprendieron por sí mismas a amar las pollas repulsivas, trajeron consoladores y otros aspectos del sadomasoquismo a nuestras comunidades, asociándolo injustamente con Butches o Lesbianas. La Fem Joan Nestlé escribió sobre llevar un consolador en su bolso, presumiblemente para estar lista para ser follada si se encontraba con una Butch extraña. (Pobres Butches cosificadas…) He escuchado a Butches contar con pena y vergüenza cómo cuando eran Lesbianas jóvenes encontraron comunidades Lesbianas pre o post-feministas gobernadas por ex-esposas de hombres que les enseñaron lo que las mujeres “reales” querían en la cama, que era pollas/consoladores, pero no el resto del macho brutal, feo y egoísta. Así que las jóvenes Butches fueron entrenadas para obedecer a estas sadomasoquistas que odiaban a las Lesbianas, y luego eso se sumó a los estereotipos Butch-odiantes. Semejante daño es inconmensurable.

¿Por qué una Lesbiana preferiría que se usara sobre ella un objeto grotesco que representa la fea masculinidad y la violencia en lugar de sentir el cuerpo de su amora? Creo que es porque estas mujeres ex-heteras masculino-identificadas tienen miedo de ser completamente Lesbianas, por lo que pueden fantasear con que todavía están con hombres. Entonces, ¿por qué querría una Lesbiana utilizar un objeto así, en lugar de tocar el cuerpo de su amora? Por muy aterrador que sea para una Lesbiana que se odia a sí misma ser tocada por una Lesbiana, es más aterrador tocar a otra mujer porque entonces no puede ignorar que está con una mujer, por lo que prefiere usar un objeto que representa una violación para follar con su amante, en lugar de hacer el auténtico amor Lésbico con gentileza y verdadera pasión. Y luego, dado que tantas ex-heteras no quieren corresponder al acto sexual, sus amantes Butch terminan estando tan agradecidas de tener intimidad con la mujer que aman que es más probable que acepten cualquier forma de contacto, por degradante que sea. Una de las cosas más crueles que algunas ex-heteras Fem les hacen a sus amantes Lesbianas de toda la vida es no amarlas, probablemente eso fue lo que causó el mito de la «Stone Butch».* Algunas ex-hetras Fems nunca quieren ser recíprocas haciendo el amor con sus amantes que son Lesbianas de toda la vida y Butches. Algunas dejan de querer hacer el amor en lo absoluto, lo que se atribuye a la “Lesbian Bed Death”.** (Nunca he visto a nadie mencionar que rara vez son las Butches o las Lesbianas de toda la vida las que dejan de querer hacer el amor, y que son principalmente las Fems ex-hetero las que lo hacen).

[*N.T. Piedra Butch / Butch de piedra]

[**N.T. Muerte de la cama lésbica o muerte lésbica de cama]


La identidad Lesbiana es una decisión consciente

Durante el gran florecimiento de las ideas feministas Lesbianas en los años setenta,  las Lesbianas escucharon, leyeron, escribieron y discutieron que los hombres no sólo nos controlaban a través del patriarcado visible, sino que también nos influenciaban a través de valores masculinos internalizados, culturas/religiones masculinas, cultos, medios de comunicación, políticas, etcétera. 

Estas ideas cambiaron nuestras vidas para siempre. Nos dimos cuenta de que no sólo teníamos que luchar contra la supremacía masculina en el mundo, sino también contra el adoctrinamiento patriarcal interno, para que pudiéramos ser más verdaderamente nuestra natural yo Lesbiana*. ¿Por qué estas ideas rara vez se expresan ahora? Ésta es una desconexión importante entre la política feminista Lesbiana de los años setenta y posteriores, pues en los años setenta había más un sentido de comunidad comprometida, en lugar de preocuparnos sólo individualmente. (Este cambio acompañó a las influencias nacionales de derecha que valoraban la codicia y el estatus).

[*N. de la T. La expresión en inglés es Dyke selves]

Aunque la mayoría de las feministas coincidieron en que las mujeres habían internalizado los valores masculinos, la mayoría de las mujeres heterosexuales que se convirtieron en Lesbianas nunca pensaron en cambiar sus valores masculinos por los de las Lesbianas. Muchas de las que se preocupaban por la política y la cultura Lesbianas de alguna manera asumieron que la identidad Lesbiana podía ser absorbida pasivamente y que automáticamente y sin esfuerzo ya no tenían sus valores. Para muchas, la identidad Dyke se percibía erróneamente como una moda. Esto es especialmente cierto en el caso de las Lesbianas que ni siquiera habían considerado el lesbianismo antes de unirse al Movimiento de Liberación de la Mujer.

Una nueva identidad que es sólo superficial es fácilmente rechazada cuando los tiempos se ponen más difíciles, como sucedió en los años 1980. La hetero-identificación no examinada resurgió y muchas ex-heteras lesbianas comenzaron a parecer más heterosexuales y abandonaron la política Lesbo-centrada por la políticas heterofeministas, de izquierda masculina,hombres Gay o simplemente para ser “Fems divertidas”.

La nueva Lesbiana que escribió a mediados de los años 1970 que se miró al espejo y se dijo: “¡Qué asombroso! Ayer fui esposa de un hombre y madre, y hoy soy una feminista Lesbiana radical de pelo corto”, se engañaba a sí misma acerca de su transformación. Ahora era Lesbiana, pero todavía tenía que pensar y cambiar mucho antes de tener una identidad Lésbica fuerte y duradera. Eso significaba descubrir cómo su reciente y considerable hetero-privilegio todavía afectaba a las Lesbianas. Como muchas otras Lesbianas, probablemente pensaría erróneamente en su pasado sólo en términos de lo duro y doloroso que fue ser heterosexual y de lo «libre» que era en su nuevo «estilo de vida alternativo». E interpretaría erróneamente el estímulo Dyke para llegar a ser más Lesbo-identificada como “discriminación inversa”.  

Muchas de ellas eran Lesbianas que se quejaban del “uniforme lésbico”, que era la forma que tenía nuestra cultura Lesbiana de identificarse y reconocerse con orgullo unas a otras como Lesbianas, al tiempo que rechazamos la hetero propaganda masculino-identificada del uniforme femenino que nos atacaba en los medios y constantemente significaba la vigilancia de amistades, familia, compañeros de trabajo, otras Lesbianas e incluso gente extraña. Estas eran también las Lesbianas atraídas por la pornografía y el sadomasoquismo traídos a nuestras comunidades a finales de los años setenta por las pornógrafas bisexuales.

Cada vez más, se unían a nuestras comunidades nuevas ex-heteras Lesbianas que no parecían pensar en ser Lesbianas en lo absoluto. Continuaron como si todavía fueran heteras, pero simplemente tuvieran un «mejor tipo» de amante. Seguían llamando a cada animal que veían como un «él». Se identificaron fuertemente con su hetero-pasado y con las heteras del presente, sin preocuparse nunca por la opresión a las Lesbianas. Algunas simplemente querían experimentar y utilizar a las Lesbianas, teniendo un poder sobre nosotras que nunca podrían tener con los hombres. Abusaron de las Lesbianas al relacionarse con nosotras como si no fuéramos mujeres, lo que no significó que nos dieran el respeto o el privilegio que sí obtienen los hombres o las heteras, sino que nos cosificaron de maneras crueles que son Lesbo-Odiantes. Al mismo tiempo, estas mujeres esperaban y exigían que las Lesbianas las cuidaran como se supone que los hombres deben cuidar a las mujeres, aunque nunca lo hacen.

Una de las señales del feminismo reaccionario/liberal que hoy en día daña a nuestras comunidades, es cuando se cierran las discusiones sobre las formas en que las mujeres obedecen y admiran los valores masculinos. En lugar de calificar esto como colaboración, se afirma que las mujeres que promueven la propaganda patriarcal son víctimas del odio a sí mismas, lo que está diseñado para hacer sentir culpables y avergonzar a las Feministas Radicales por tener discusiones básicas transformadoras de vidas, aunque esas discusiones incluso fueron parte del feminismo mainstream desde el principio. Años sesenta y posteriores.


La cooptación de las comunidades de Lesbianas anteriores al Movimiento de Liberación de la Mujer

Es más fácil para las Lesbianas más jóvenes salir del armario hoy porque muchas de nosotras llevamos años trabajando para hacerlo más fácil. Era devastador ser Lesbiana cuando la única representación de las Lesbianas en películas y libros era patética, loca, suicida o asesina. Fue especialmente destructivo para las Dykes cuyas familias las abandonaron, encarcelaron y/o torturaron psiquiátricamente, y para Dykes que fueron expulsadas ​​de la escuela, amenazadas y condenadas al ostracismo.

La afluencia de muchas Lesbianas Feministas ex-heteras recién salidas del armario, que conocieron a Lesbianas por primera vez, provocó una nueva presión sobre las comunidades Lesbianas preexistentes. La entrada de este grupo más privilegiado en un grupo oprimido y establecido desde hace mucho tiempo con sus propias culturas, valores y tradiciones provocó un clásico choque cultural.

Siempre había existido la presión externa de la sociedad masculina y heterosexual sobre las comunidades Lesbianas. Y siempre hubo Lesbianas que pasaron como heteras, así como Lesbianas que volvieron a ser heterosexuales, todo lo cual contribuyó a la opresión hacia las Lesbianas. Pero ahora, el lesbianismo llamó la atención de las mujeres heterosexuales y, a través de ellas, también llamó la atención de los hombres, como nunca antes. Esto hizo posible la asimilación de las Lesbianas a la hetero-cultura (cooptación) de una manera antes inimaginable.

Muchas de las cosas que sucedieron después de este encuentro son típicas de eventos que siguen a la imposición de una cultura más poderosa y opresiva a otra menos poderosa. Al principio, había más Lesbianas de toda la vida que Lesbianas nuevas, pero esto pronto se revirtió, particularmente en las comunidades más privilegiadas de las grandes ciudades o de las ciudades universitarias. Las Lesbianas anteriores al Movimiento de Liberación de la Mujer estaban más oprimidas por clases y razas que las nuevas feministas Lesbianas ex-heteras, muchas de las cuales salieron del armario a través de sus universidades y colegios, afectando dramáticamente a las comunidades Lesbianas.

Debido a que salieron del armario en cantidades tan grandes aproximadamente al mismo tiempo, las Lesbianas del WLM respaldaron mutuamente los valores heterosexistas aún existentes y la lesbofobia hacia las Lesbianas anteriores al WLM. Las repercusiones negativas de este choque cultural continúan entre las Lesbianas que salieron del armario por estar enamoradas de otras mujeres frente a aquellas que lo hicieron de forma más fría e intelectual a través del feminismo y por odiar a los hombres.

Las nuevas feministas Lesbianas que parecían y actuaban más femeninas se sentían superiores como mujeres “normales” y “reales” (habían tenido a sus hombres para demostrarlo). Se llamaron a sí mismas “mujeres-identificadas-mujeres”* para dejar en claro su elección política de ser Lesbianas y diferenciarse de las Lesbianas a las que percibían como nacidas “raras”. Ignoraron que muchas de las mujeres anteriores al WLM habían sido feministas antes que ellas y que de hecho habían creado el movimiento Feminista Lésbico, cosa que les facilitó salir del armario.

[*N. de la T. La expresión original es womyn-identified-womyn]

La política de Liberación de la Mujer glorificó la palabra “mujer” sin analizar su antigua asociación con la heterosexualidad (razón por la cual algunas Lesbianas todavía se muestran reacias a usarla) y pasó por alto eufemísticamente el significado de “Lesbiana”. Las Lesbianas que se identificaban como “mujeres amantes de las mujeres”* en lugar de «Lesbiana-Amando-Lesbianas»** ahora podían evitar la opresión Lesbiana de una manera nunca antes posible: convirtiéndose en una “nueva” Lesbiana normal, femenina, feminista, intelectualizada y blanqueada.

[*N. de la T. La expresión original es «womyn-identified-womyn»]

[**N. de la T. La expresión original es «Dyke-loving-Dykes»]

Las Lesbianas anteriores a WLM eran aún más inaceptables si parecían Butch y no podían pasar por heteras si así lo deseaban. Habían sido oprimidas como Lesbianas de maneras que las nuevas hetero-privilegiadas Lesbianas no podían imaginar, y fueron condenadas al ostracismo, además de ser utilizadas como amantes por dichas ex-heteras. Si ocasionalmente fueron emuladas con el término ofensivo de “antepasadas”, fue principalmente de una manera superficial y objetivante. Así que las Lesbianas anteriores al WLM fueron obligadas a ocupar posiciones de segunda clase y fueron excluidas de sus propias comunidades Lesbianas.

En muchas comunidades grandes, como el Área de la Bahía de San Francisco, las nuevas feministas Lesbianas superaban numéricamente a las Lesbianas pre-WLM de tal manera que podían evitarlas si se sentían demasiado “incómodas” (lesbofóbicas) con ellas. Como la mayoría de las feministas Lesbianas que salieron del armario por el WLM eran Fem y ex-heteras, también evitaban a las Butches y a las Lesbianas de toda la vida. Su continuo desprecio por las Dykes pre-WLM alcanzó su punto más opresivo y absurdo cuando se burlaron de las que llamaban “Bar Dykes”* (Dykes pre-WLM y no feministas) señalándolas de “Lesbianas heterosexuales”. Las feministas Lesbianas a menudo agrupaban a todas las Dykes que no pertenecían al WLM como “Bar Dykes”, fueran o no parte de la cultura de Bar Dyke, y siempre lo decían como un insulto. (Una vez más, el clasismo era evidente).

[*N. de la T. Lesbianas de bar]

La implicación aquí sería que las Lesbianas que salen del armario por su amor a las mujeres son menos lésbica y feminista-identificadas que las heterofeministas que salen del armario por odiar a los hombres, por una decisión intelectual o porque parece una opción de moda. No es coincidencia que muchas de estas nuevas Lesbianas volvieran con los hombres una vez que experimentaron un poco de la opresión hacia las Lesbianas. Esta situación continuó hasta que las Lesbianas que salieron del armario en la década de 1970 fueron superadas en número por oleadas incluso posteriores (que parecen no tener idea de que alguna vez existió conciencia y comunidades Dykes más fuertes).

De manera similar, a las Butches que rechazaron la feminidad inventada por los hombres -y que los hombres y las heteras les imponían a todas las niñas-, se les ha llamado, en una clásica locura mental, “masculino-identificadas”. Esto se debe a que la feminidad (que es masculina) amortigua la Lesbofobia y el Lesbo-odio de las Feministas Fems. Se estereotipa como “masculina” a las Butches que han dicho no a las reglas de los hombres y eso es similar a la manera en la que los hombres y las heteras nos suelen calumniar, entonces aumenta la ilusión de las Fems sobre ser más mujeres y más “normales”, según los estándares patriarcales. Pero no hay nada innatamente mujeril en las directivas de los hombres que le ordenan a niñas y mujeres posar de manera femenina.

Aún más horripilante es que la mayoría de las madres feministas, incluidas las “radfems”, visten y presentan a sus hijas como estereotípicamente femeninas, desde incómodos zapatos rosas con los que no pueden correr, hasta peinados degradantes y frágiles vestidos que hacen muy difícil que sus hijas puedan jugar con seguridad, dejándolas expuestas a la humillación y acoso sexual de niños y hombres que ven su ropa interior si ellas llegan a caer o trepar. Esto entrena a las niñas para que sean pasivas y sedentarias, y también las hace más vulnerables a ser agredidas sexualmente y violadas.

Entonces, ¿por qué las mujeres que profesan ser feministas le hacen esto a sus hijas? Creo que es por el estatus que obtienen por tener niñas femeninas, para presumir y evitar ser criticadas por familiares, amigos y extraños, además de no tener que lidiar con que a sus hijas las llamen “chicos” si se atreven a sentirse cómodas y naturales. Esto hace que las niñas sean vulnerables a los niños y a los hombres, y pone en tela de juicio todas las políticas llamadas feministas radicales de sus madres. Una cosa es que las mujeres adultas decidan exponerse a los hombres en busca de estatus, pero mucho peor es prostituir a sus hijas ante la lascividad masculina. 

Las mujeres no feministas presionan a sus hijas pequeñas, que protestan y lloran, para que actúen como los hombres esperan que sean las niñas en el patriarcado, pues esto ofrece recompensas (y soy muy consciente de ello por cómo mi madre me ponía vestidos tan obscenos que yo era humillada por los profesores de la escuela y enviada de regreso a casa), pero estas mujeres no son conscientes del peligro que esto supone para sus hijas, como sí lo son las feministas radicales.

Todo esto está relacionado con el deseo de parecer “normal” en las culturas supremacistas masculinas. Cuanto más temen las Lesbianas Feministas Fems de ser percibidas como Dykes, más femeninas intentan parecer, lo que se reflejó y sigue reflejándose en las imágenes de las Lesbianas Feministas en los medios y en los dibujos/ilustraciones de Lesbianas en publicaciones, folletos y ahora en posts en línea. No fue casualidad que esta “reivindicación de la feminidad” coincidiera con la introducción de la pornografía y el sadomasoquismo en nuestras comunidades. (Cuando recientemente algunas feministas radicales intentaron encontrar imágenes de mujeres guerreras en internet, sólo pudieron hallar imágenes pornográficas grotescas de mujeres semidesnudas, anormalmente delgadas, con pechos enormes, o imágenes efímeras de hadas/débiles, a menudo con vestidos de gasa y tacones altos. Nada de eso se asemeja a cómo se retrata a los guerreros masculinos de fantasía.

Una destacada feminista Lesbiana estadounidense, que salió cómodamente del armario después de la WLM y pronto se erigió como nuestra líder, escribió: “Claramente necesitábamos un nombre diferente para las Lesbianas que son feministas y para las que no lo son. Encontrar mujeres sexualmente atractivas no tiene nada que ver con el feminismo; la mayoría de los hombres encuentran a las mujeres sexualmente atractivas” [3].  También describe la diferencia entre Lesbianas, bisexuales y mujeres heterosexuales como “elecciones de expresión sexual”. No parece consciente de que trivializar el lesbianismo como meramente sexual es una actitud masculina clásica de Lesbo-Odio que niega que ser Lesbiana sea una elección de amar a otras mujeres, y que la pasión Lesbiana es totalmente diferente de la sexualidad masculina depredadora. El hecho mismo de que una Lesbiana sienta atracción por otra mujer es en sí mismo raro y revolucionario. Amenaza al patriarcado en su esencia. Las Lesbianas que nunca oyeron hablar del feminismo han amado, y aún aman, a otras Lesbianas con un cuidado y un compromiso que supera con creces los ideales del feminismo.* ¿Por qué las feministas ex-heteras no sienten la misma necesidad de diferenciar a las heterofeministas de las heterosexuales no feministas? ¿Te imaginas la protesta si usaran insultos para las mujeres heterosexuales no feministas similares a los que usan para las Lesbianas no feministas?

[N. de la T. El resaltado es mío]

Las Lesbianas que eligieron a los hombres primero a menudo parecen pensar: “¿Por qué ser Lesbiana si no por el feminismo?”. Mientras tanto, aquellas de nosotras que elegimos primero a las de nuestra propia especie, por amor y sin un análisis político consciente, somos sospechosas de ser sórdidas y lascivas. Para cualquiera con una mentalidad heterosexual, la palabra “Lesbiana” es inherentemente sexual y sugiere la sexualidad masculina, sucia y depredadora de los estereotipos tradicionales anti-Lesbianas. Aún así la (hetero)sexualidad pasada de las ex-heteras Lesbianas, se da por sentada y rara vez se la considera incorrecta, escabrosa y sucia, aunque eso es exactamente lo que es el heterosexo. Las ex-heteras Lesbianas que salieron del armario intelectualmente a través del WLM tienen más probabilidades de haber aprendido y luego exhibir rasgos masculinos de cosificación sexual de las mujeres, ya que aprendieron su sexualidad de sus hombres obscenos y depredadores, no de Lesbianas de toda la vida o de Butches. 

Una Lesbiana también tiene más probabilidades de seguir siendo Lesbiana si tomó su decisión a través del amor y la pasión, desde todo su corazón, mente, alma y cuerpo, y no sólo a través del análisis político. Las Lesbianas que pagaron el alto precio de la opresión Lesbiana también tienen más probabilidades de ser dignas de confianza y de ser fuertemente Dyke-identificadas que las mujeres que eligieron a los hombres de todo corazón y luego salieron del armario a regañadientes después de años del alentador apoyo de sus amigas Lesbianas.

Otra estrella Lesbiana dijo en una entrevista: “Sabía que tenía inclinaciones Lesbianas antes de encontrar el Movimiento de Liberación de la Mujer, pero no creo que lo hubiera admitido. La vida de las Lesbianas en aquel entonces era la vida de bar, alcohólica, infeliz, difícil y deprimente”. Sí, era muy difícil para las Lesbianas antes del feminismo y salir del armario exigía un coraje y compromiso especial, pero dicha Lesbiana sigue repitiendo irreflexivamente, años después, los estereotipos que tenía sobre las Lesbianas cuando ella era hetera. 

Y no todas las Dykes que salieron del armario antes de la WLM formaban parte de la cultura de los bares. Las Lesbianas crearon muchas formas de sobrevivir y ser parte de sus propias comunidades. El tipo de vida que llevaban dependía de cuántos privilegios raciales, étnicos y de clase tenían, y de cuán ferozmente eran oprimidas las mujeres en sus países. Algunas formaron clubes privados donde podían reunirse. Otras hicieron culturas en bares de Lesbianas, acosadas por los dueños masculinos de los bares y la violencia policial. Cualquier persona terriblemente oprimida y obligada a reunirse en bares será vulnerable al alcoholismo. Los miembros de grupos oprimidos que sucumben a su opresión siempre son utilizados para mostrar que los estereotipos sobre ellos son “verdaderos”, mientras que quienes encontraron la felicidad son olvidados. ¿Por qué no reconocer cuán oprimidas y, por lo tanto, valientes eran las Lesbianas que sobrevivieron a la cultura de los bares?

Así que, ¿cómo comparar eso con la vida de un ama de casa de clase media de los 50´s y principios de los 60´s? -que era lo que había sido aquella nueva “estrella Lesbiana” durante su pasado-. (Mi madre, que era un ama de casa, casada, de clase trabajadora, estaba tan miserable y sola que regularmente iba a bares sucios en busca de compañía, así que se volvió alcohólica, fue arrestada en peleas e intentó suicidarse. Cuando yo era una niña pequeña, me puso vestidos con olanes, me llevó con ella para llamar la atención y me puso en el regazo de hombres extraños, borrachos y repugnantes). Muchas ex-heteras Feministas Lesbianas no tuvieron contacto con Lesbianas antes del WLM. Entonces ¿de dónde obtuvieron estas ex-heteras su supuesta información, que es idéntica a los mitos hetero-mediáticos sobre las Lesbianas “pervertidas”, diseñados para asustar a las mujeres y que obedezcan a sus hombres?  Por más difícil que fuera ser Lesbiana antes del feminismo, existía el hermoso amor de iguales entre dos mujeres juntas, en contraposición al sadomasoquismo, la desigualdad y el abuso solitario, deprimente, a menudo alcohólico o adicto a los antidepresivos. en las relaciones heterosexuales.

Las Lesbianas de toda la vida, y especialmente las Butches de toda la vida, pueden tener un sentimiento Lésbico* tan hermoso y sólido que es bastante diferente de la atmósfera en la mayoría de los grupos posteriores de feministas Lesbianas. Esa presencia única es tranquilizadora para aquellas de nosotras que nos sentimos alienadas en torno a las muchas Lesbianas ex-heteras que prefieren la feminidad, la hetero-identificación y se preocupan obsesivamente por la apariencia, la ropa de moda, los peinados y las joyas. Estas Lesbianas se sienten “ausentes” en contraste con la presencia centrada de Lesbianas de toda la vida, razón por la cual muchas Fems ex-heteras buscan a Butches de toda la vida como amantes.

[*N. de la T. La expresión original es Dyke feeling]

Muchas comunidades se sentían más Lesbo-identificadas en la década de 1970 que después, pero las Lesbianas pre-WLM han sido sometidas a la censura y la ridiculización de las feministas Lesbianas desde el comienzo del WLM, y han tenido que ver cómo sus pasados eran “recuperados” en libros y discursos de Lesbianas que, cuando eran parte de la cultura Dyke anterior al WLM, las traicionaron pasando por heteras o siendo bisexuales. ¿Por qué deberían ser ellas las que ahora representan a las Lesbianas pre-WLM ante una audiencia objetivadora de nuevas Lesbianas y peor aún, ante el público heterosexual? Las Lesbianas de toda la vida que nunca se vendieron, nunca follaron con hombres ni se hicieron pasar por heteras, y que en realidad continuaron las antiguas tradiciones de la cultura Lesbiana, generalmente son ignoradas y sus escritos no se publican. Estas Lesbianas tienen derecho a definir cuáles eran sus culturas, quiénes eran entonces y quiénes son ahora. 


No, no todas éramos heteras

Ignorar y negar la existencia de alguien es un intento de eliminarla, que es lo que la mayoría de los heterosexuales hacen con las Lesbianas. ¿Por qué entonces muchas Lesbianas niegan que algunas Lesbianas nunca fueron heterosexuales? ¿Por qué imponen el dominio de las ex-heteras en las comunidades Lesbianas como la única realidad Lesbiana? Las Lesbianas nunca-heteras y las Dykes de toda la vida, enfrentan el obstáculo de ser una pequeña minoría dentro de una minoría, pero la mayoría de las Lesbianas preferirían que no existiéramos en absoluto. 

Si el heteropatriarcado no puede reclamar a una mujer como propia, intenta reclamarla como si hubiera sido una de las suyas. 

Por eso es tan frecuente la violación por parte de hombres familiares: es un intento de los hombres de poseer a las mujeres. Todas las mujeres se resisten a la violación y, por tanto, se resisten a la propiedad forzosa. Pero la mayoría de las mujeres se vuelven heterosexuales. Al tomar esa decisión, aceptan ser poseídas por hombres a través del sexo y el matrimonio, ya sea que esa sea su intención consciente o no. El padre “regala” a su hija en matrimonio para que sea propiedad de otro hombre. Pero la propiedad no es completa, el matrimonio no es legalmente válido, a menos que esté «consumado» -hasta que ella sea follada. Sólo el sexo garantiza la posesión, como cuando un ejército victorioso viola a las mujeres de una nación conquistada, para demostrar su propiedad y cambiar la genética del pueblo. Pero la existencia de Lesbianas dice que hay mujeres que se niegan a ser poseídas y controladas voluntariamente por los hombres. Cuando las Lesbianas ex-heteras niegan la existencia de las Lesbianas que nunca fueron heterosexuales y de las Lesbianas de toda la vida, están reproduciendo la forma en la que los heterosexuales tratan a las Lesbianas. 

Es común en las reuniones de Lesbianas y en las publicaciones de Lesbianas escuchar y leer «Todas fuimos heterosexuales alguna vez». Si una Lesbiana dice vacilantemente que ella no era hetera, es probable que la avergüencen, la golpeteen con hostilidad o se cambie de tema.

Las feministas Lesbianas nunca tolerarían que nadie dijera que todas las Lesbianas son de clase media, entonces ¿por qué el doble rasero? Nuestro origen de clase no es nuestra elección, pero convertirse en heterosexual sí lo es. Aquellas de nosotras que somos de clase trabajadora al menos tenemos una cultura de clase trabajadora reconocida en el mundo y representada regularmente (aunque caricaturizada) en los medios de comunicación. Las jóvenes Lesbianas de toda la vida suelen crecer completamente solas, en los años más vulnerables de nuestras vidas, no sólo sin que nadie más en nuestra familia, vecindario, escuela o cultura sea como nosotras, sino sabiendo que somos completamente inaceptables. Continuar con este doble rasero entre las Lesbianas es increíblemente Lesbo-Odiante.

Algunas ex-heteras incluso han dicho cosas ridículas como «Dado que todas estamos expuestas a la hetero-cultura, todos somos heterosexuales en nuestras mentes de todos modos, por lo que nadie puede decir que nunca ha sido hetera». (Las Fems que son Butch-odiantes dicen cosas similares sobre las Butches). ¿Realmente no creen que no haya diferencia entre elegir follar con hombres y elegir no hacerlo? ¿No pueden imaginarse a una mujer que no internalice los valores heterosexuales y masculinos como lo han hecho ellas?

Las ex-heteras Lesbianas también suelen decir: «Siempre fui una Lesbiana, pero no lo sabía». Bueno, no, no lo fueron. Algunas fueron completamente heterosexuales durante décadas y ni siquiera consideraron amar a otras mujeres. También es probable que sean las mismas que hablan con orgullo de ex maridos y novios, asegurándose de que todos los que las rodean sepan que son madres e incluso abuelas. Pero no pueden ser las dos cosas: las heteras no son Dykes y las Dykes no son heteras. 

En un gran grupo de discusión de Lesbianas donde las ex-heteras Lesbianas con frecuencia se jactaban de su hetero-pasado, una Lesbiana de toda la vida comenzó a hablar de haber sido siempre Lesbiana, pero otra Lesbiana rápidamente cambió de tema. Después de la reunión, varias Lesbianas señalaron enojadas lo “insensible” que era ella -habían sufrido como mujeres heterosexuales y no querían que “les recordaran que otras Lesbianas no lo habían hecho”. Algunas la acusaron de intentar hacerlas sentir culpables. ¿Son tan narcisistas que creen que todo se trata de ellas o simplemente están tratando de mantener el dominio? Si realmente se sienten mal por haber sido heteras, ¿por qué alardean tanto de ello? (Originalmente, habíamos escrito que sería menos probable que el mismo grupo aceptara alardear sobre los privilegios de clase o acusar a las Lesbianas oprimidas de clase de “culparse” por atreverse a hablar sobre sus vidas, pero ahora creo que también harían lo mismo: cualquier cosa para mantener la supremacía y el privilegio).

Nadie consideró lo doloroso y difícil que era para una Lesbiana que siempre había sido oprimida como una paria “rara”, intentar hablar sobre su vida en un grupo lleno de Lesbianas hetero/masculino-identificadas que siempre habían sido aceptadas como “normales”. Y ciertamente no querían saber más sobre su vida. De hecho, intentaban expulsarla del grupo. Mientras tanto, estas mismas mujeres a menudo dedicaban horas de atención y apoyo a las Lesbianas que hablaban de sus htero-experiencias pasadas, incluida la de ser madres.

Si las ex-heteras quieren discutir su pasado y resolver problemas a partir de él, deberían hacerlo con otras ex-heteras Lesbianas y aprovechar la oportunidad para hablar también sobre las formas en que pueden apoyar a sus amigas Lesbianas de toda la vida, incluyendo protestar cada vez que la experiencia de las ex-heteras se presenta como la única realidad Lésbica, y alentar a otras ex-heteras Lesbianas a ser conscientes de los privilegios que tienen. 

El mito de que las ex-heteras Lesbianas son más oprimidas se ve fomentado por políticas terapéuticas que apoyan los “derechos” de las Lesbianas privilegiadas a ser exigentes y narcisistas. Las Lesbianas que someten a otras Lesbianas a escuchar sobre sus “sentimientos conflictivos” hacia los hombres o detalles sórdidos y pornográficos de su heterosexualidad pasada a menudo comenzarán diciendo: “Estoy siendo muy vulnerable al decirte esto, pero…” Ser opresiva no es lo mismo que ser vulnerable. En nombre de “ser honesta”, una Lesbiana de clase alta y ascendencia europea que conocemos sometió a su amante de clase trabajadora y oprimida racialmente a detalles pornográficos y sexualmente explícitos sobre sus experiencias sexuales, y luego le contó a sus amigas sobre lo que había hecho, como un ejemplo de lo importante que es ser “completamente honesta” con tu amante y de cómo las Lesbianas pueden ayudarse mutuamente a “lidiar con” sus hetero-pasados. No sólo lastimó a su amante, sino que también la humilló públicamente. Esta insensibilidad autoindulgente provino de una Lesbiana a la que se considera muy Dyke-identificada y que habla con soltura y autoridad sobre cuestiones de privilegio y opresión. 

Algunas ex-heteras Lesbianas hacen racionalizaciones extrañas y contradictorias sobre por qué eligieron ser heteras, como decir: «Fui hetera porque soy una sobreviviente de incesto» -lo que nuevamente niega la existencia de Lesbianas que nunca fueron heterosexuales y que fueron víctimas de violación por parte de un hombre familiar. El hecho es que la mayoría de las niñas son agredidas sexualmente por parientes varones, y eso incluye a la mayoría de Lesbianas de toda la vida, así como a las Dykes ex-heterosexuales..

“¿Tu familia te crió como niño?” Es más probable que se les pregunte a aquellas que no son drag queens femeninas* y revela que la interrogadora no puede imaginar a ninguna mujer negándose a ser follada por hombres y amando a otras mujeres a menos que la gente heterosexual la condicionen a pensar en sí misma como un hombre.

[N. de la T. La autora hace referencia a las mujeres que aceptan la feminidad masculino-identificada (por ejemplo, usar tacones, maquillaje, etc.)]

Otras ex-heteras Lesbianas dicen: “Tal vez tu familia te dio más libertad”, negando la violación, la restricción y la tortura física y mental que muchas niñas Lesbianas han experimentado por parte de sus familias.

Decir “fui hetera porque nadie me dijo que tenía otra opción” ignora que nadie le dice a ninguna mujer joven que está bien ser Lesbiana. El coraje para seguir la propia sabiduría, a pesar de la propaganda y los severos castigos, viene desde dentro. ¿Qué pasa con el amor por las otras como tú y la repulsión natural hacia los hombres? ¿Por qué niega también la existencia de mujeres célibes? Por supuesto, todas las chicas saben acerca de las “solteronas”, pero la mayoría prefiere ser follada por hombres para escapar de ese estigma.

Las Lesbianas de toda la vida fueron igualmente presionadas para ser heterosexuales, a menudo por las mismas mujeres que ahora afirman que no tenían otra opción. ¿Creen que olvidamos sus burlas hacia nosotras, sus insultos, sus ridiculizaciones y su exclusión y, para algunas, sus ataques físicos cuando éramos niñas? ¿Creen que no recordamos que nos contaron que decidieron conscientemente abandonar a sus amigas por chicos depredadores que odiaban a las mujeres, sólo para conseguir estatus? Algunas de estas mujeres incluso iban en contra de sus familias al elegir a niños y hombres especialmente repugnantes.

Algunas ex-heteras Lesbianas Fems, también te acosan sexualmente si descubren que eres una Lesbiana de toda la vida. Por ejemplo, en un baile, mi grupo fue sometido a la pregunta de una “amiga” que dijo: «¿No les gustaría una gran polla dura ahora mismo?» Otra Lesbiana de ese grupo de amistad me mostró una foto en su celular de la polla erecta de un hombre. Otra “Lesbiana” de nuestra comunidad, con voz de niña dijo: “Tengo algo que mostrarte que te asustará”. Era un llavero de metal con una imagen grotesca de un pene erecto sobre la efigie de un hombrecito. Su amante de muchos años me dijo lo torturada que se sentía cuando su amante se burlaba de ella diciéndole que tenía una necesidad física de ser follada y que iría a buscar hombres extraños para ser follada.

En una fiesta de Lesbianas, una estrella feminista Lesbiana que había cofundado la revista MS anunció «todas hemos sido heterosexuales». Cuando me atreví a no estar de acuerdo, ella comenzó a despotricar: “¿Pero nunca quisiste una polla? ¿No te imaginas queriendo un poco de polla? …todas tuvieron que haber sido heterosexuales alguna vez… ¿por qué no intentas follar? Quizás te guste”. Sólo Linda y yo discutimos con ella. Las demás en la sala tenían miedo de hacerlo.

Su objetivo, al igual que el de las mujeres que controlan a los grupos feministas radicales en línea, es censurar y silenciar, y hacer que simplemente no valga la pena hablar. Cuando una Lesbiana de toda la vida menciona tentativamente algo sobre su vida, es probable que las ex-heteras se quejen: «Eso es de lo único que habla». Intenten contar las veces que han escuchado a Lesbianas decir que son Lesbianas de toda la vida, comparada con la frecuencia con la que las Lesbianas hablan de sus hetero-pasados, ex-esposos, novios, hijos, etc. 

Otras preguntan: “¿Por qué esto es un asunto? ¿Por qué darle tanta importancia a no haber sido heterosexual nunca? Bueno, ¿por qué darle tanta importancia a sí haber sido heterosexual? ¿Y no es eso lo que nos dicen las heteras: “¿Por qué darle tanta importancia a ser Lesbianas? ¿Tú siempre tienes que hablar de ser Lesbiana?”, “¿Tienes que ser tan descarada?”. Entretanto, es imposible hablar con una hetera durante dos minutos sin que ella nos bombardee con información no solicitada sobre su esposo o novio y/o sus hijos. Pero eso se da por sentado y, por lo tanto, es aceptable, al igual que el discurso hetero de las ex-heteras Lesbianas. La opresión hacia las Lesbianas de toda la vida se considera trivial, porque la opresión hacia las Lesbianas es considerada trivial. 

También nos dicen: «Tienes mucha suerte de haber escapado de ser heterosexual», ignorando la elección de resistencia que hicimos para decir no a los hombres a los que ellas dijeron que sí. También refuerza nuestro hecho de ser “anormales” en comparación con la mayoría de las mujeres. Es aún más injusto cuando la Lesbiana de toda la vida es de clase trabajadora y la ex-hetera aparentemente envidiosa es de clase media o alta. 

«¡Oh qué lindo! ¡Una Lesbiana virgen!” es condescendiente y pornográfico. Si la oradora pensara en las realidades de la agresión sexual, sabría que negarse a elegir la heterosexualidad no protege a la mayoría de las mujeres de la violación. Cuando los hombres inventaron la idea de la virginidad fue porque estaban obsesionados con follar, violar y poseer a las mujeres. Durante miles de años, “virgen” ha significado no haber sido folladas y, por lo tanto, tener valor de mercado como “territorio intacto”: una víctima particularmente vulnerable y fácil de aterrorizar y conquistar. Nada de esto es divertido o lindo. Las “vírgenes” son retratadas como ingenuas, incultas, ajenas al mundo, protegidas e ignorantes de la “vida real”, porque en el patriarcado sólo los hombres y la heterosexualidad son “la vida real”.

Así como los psicólogos patriarcales consideran a las Lesbianas inmaduras y “en una etapa de desarrollo detenido”, las ex-heteras Lesbianas tratan a las Lesbianas de toda la vida como si nunca hubiéramos crecido y como si nunca nos hubiéramos convertido en verdaderas adultas. Las Lesbianas incluso continúan con esta tontería cuando usan «virgen» para mujeres que aún no han asistido al Festival de Música Womyn’s de Michigan. Convertirse en hetera a menudo significa aprender a usar expresiones arrogantes y paternales, mientras que las Lesbianas que nunca fueron heterosexuales, a veces tienen el mismo aspecto natural que teníamos cuando éramos niñas. Sin embargo, no es seguro tener expresiones tan abiertas en nuestras comunidades jerárquicas.

Es la voz de la “madurez” y la “edad adulta” la que les dice a las niñas que “todas” se casan y tienen bebés. Es la misma voz que explica, con paciencia y condescendencia, que las centrales nucleares son seguras. Nunca se debe subestimar el estatus de la edad adulta, ya que significa aceptabilidad, credibilidad, respeto y privilegio. Al menos las ex-heteras Lesbianas, especialmente las ex esposas y madres, fueron tratadas como “adultas” y “mundanas” antes de convertirse en Lesbianas. Su actitud hacia quienes son diferentes es a menudo paternal: asumen que sus valores son los mejores y únicos valores. La carga de dar explicaciones nunca recae sobre las heteras o las ex-heteras: recae sobre las Lesbianas que nunca fueron heterosexuales. ¿Cómo logramos ser tan inusuales y monstruosas? Además, nuestra existencia es un recordatorio de que volverse heterosexual fue y es una elección, contrario a la obligatoriedad que profesan. Las Lesbianas hetero-supremacistas consideran que nuestras vidas son menos reales y menos plenas porque no hemos tenido intimidad con los hombres, que son quienes tienen el poder real. Dado que “renunciamos a menos” para salir del armario, ¿a quién le importa realmente?

La mayoría de las Lesbianas de toda la vida siguen el mito de que las ex-heteras tuvieron vidas más difíciles, pues con esto protegen a sus amantes y a sus amigas. Y si una Lesbiana de toda la vida a veces se siente orgullosa de haber dicho que no a los hombres a lo largo de su vida, es comprensible teniendo en cuenta que vive como una marginada social en la base de la jerarquía heterosexista, así como toda la traición que ha experimentado. Pero no hay ninguna posibilidad de que ella imagine que ganaría estatus o respeto por parte de la mayoría de las Lesbianas hablando de su resistencia a la heterosexualidad durante toda su vida.


El mito de la discriminación inversa

Algunas ex-heteras Lesbianas se quejan de que desconfiaban de ellas cuando salieron del armario por primera vez. Esto sucede a veces en comunidades más Dyke-identificadas, pero generalmente las ex-heteras Lesbianas recién salidas del armario son mucho más valoradas que las Lesbianas que han estado fuera por más tiempo. Muchas Lesbianas consideran más admirable cuando madres que estuvieron casadas durante mucho tiempo salen del armario, como si les fuera mucho más difícil ser Lesbianas. No lo es, es más fácil, porque las madres casadas son tratadas como alguien más importantes que otras mujeres. Pero también es más probable que se quejen y se amarguen por lo que sintieron que les prometieron y no obtuvieron de los hombres y el patriarcado. Muchas de estas ex-heteras Lesbianas dirigen la ira que sienten por los hombres contra las Lesbianas. Es una arrogancia clásica esa de que quienes tienen más privilegios se quejan más y por tanto sus sentimientos se consideran más importantes. Esta dinámica también se ve en los grupos que discuten sobre el clasismo, donde los privilegiados ocupan mucho más espacio para quejarse que los propios oprimidos. Perder privilegios es difícil, pero no es tan difícil ni tan doloroso como no haberlos tenido nunca.

Algunas ex-heteras Lesbianas pueden sentirse molestas y decepcionadas las pocas veces que no las atienden cuando hablan de sus hijos, nietos, maridos o novios, porque están acostumbradas a recibir esa atención entre heterosexuales. El problema no es que las nuevas ex-heteras Lesbianas sean “acosadas” por no ser “verdaderas Lesbianas”; es que las Lesbianas de toda la vida son oprimidas (incluso por Lesbianas) por no ser mujeres “reales”..

Las Lesbianas son las únicas personas oprimidas a las que constantemente se les unen un gran número de sus recientes opresores. Esta es una de las razones por las que comunidades Lesbianas enteras parecen estar cometiendo los mismos errores una y otra vez. Ganamos fuerza en números cada vez mayores, pero también tenemos que lidiar con una avalancha de nuevos miembros que todavía son muy lesbofóbicos y opresivos, y que generalmente no se molestan en aprender nuestra historia o cultura. Estas mujeres también tienen más probabilidades de ocupar posiciones de poder en las comunidades de Lesbianas, como Lesbianas en organizaciones “LGBTQI” y en comunidades feministas radicales en línea.

Es muy probable que las Lesbianas que acaban de salir del closet, especialmente aquellas que eran heterosexuales, odien a las Lesbianas más antiguas que conocen, del mismo modo que la mayoría de las mujeres heterosexuales odian a las Lesbianas. Las Lesbianas que han estado fuera del closet por más tiempo, que comprenden las realidades de la opresión hacia las Lesbianas y que han visto a muchas ex heteras nuevas Lesbianas regresar con los hombres y sus privilegios, tienen derecho a ser cautelosas a la hora de dar la bienvenida a miembros desconocidos. Es completamente razonable que sospechen de esas nuevas Lesbianas que todavía parecen y actúan muy heterosexualmente y que hablan con orgullo de su hetero-pasado. Lamentablemente, lo contrario suele ser cierto: las nuevas Lesbianas suelen ser hostiles y condescendientes con las Lesbianas más antiguas, incluso cuando reciben atención adicional de las Lesbianas debido al alto estatus que les otorga su reciente heterosexualidad/heteridad.

También hay Lesbianas que, siendo heterosexuales, activamente oprimían a las Lesbianas, fueron hostiles con nosotras, nos acosaron para quitarnos empleos y viviendas y nos excluyeron de grupos feministas. Algunas de nosotras conocíamos a las hetero-feministas que hicieron estas cosas y luego, cuando salieron del armario, esperaban que las recibiéramos en nuestras comunidades y confiáramos en ellas como una más de nosotras, incluso mientras continuaban haciendo declaraciones Lesbo-Odiantes. Cuanto más hostil sea una hetera hacia las Lesbianas, más poder destructivo tendrá hacia nosotras si luego se convierte en Lesbiana.

Las Lesbianas de toda la vida necesitamos más apoyo porque hemos estado oprimidas como Lesbianas durante mucho más tiempo. La experiencia, la sabiduría y la fortaleza de las Lesbianas de toda la vida, merece respeto y el aprecio de las nuevas Lesbianas. 

Las Lesbianas hetero-identificadas intentan demostrar cuán no amenazantes son las Lesbianas negando que seamos significativamente diferentes de las heteras, señalando las muchas ex esposas y madres entre las Lesbianas. ¿De quién son estos estándares? ¿Por qué tantas Lesbianas consideran que haber elegido follar con hombres es más una indicación de “feminidad cálida, madura y genuina” que elegir amar a otras mujeres desde el principio? ¿Quién está afirmando que todas las mujeres deberían ser folladas, o al menos deberían haber sido folladas alguna vez? Los hombres y sus colaboradoras heteras. Los valores masculinos son fatales para las Lesbianas. Cualquier cultura y movimiento político que intente demostrar a sí mismo y al opresor que no es diferente de la cultura del opresor, está en serios problemas.

Debido a que el privilegio heterosexual significa un privilegio económico muy real, algunas Lesbianas ex-heteras traen dinero, posesiones y oportunidades a las comunidades Lesbianas que otras Lesbianas nunca podrían esperar tener (nuevamente, dependiendo de otros privilegios que tenga la Lesbiana ex-hetera). Una Lesbiana que se casa con un hombre rico, de clase media o incluso de clase trabajadora con un buen empleo probablemente obtenga bienes materiales de ese matrimonio, como una pensión alimenticia o dinero de la seguridad social, una casa completamente amueblada, un terreno, un automóvil, ahorros, etc., que son recompensas a largo plazo por el cumplimiento heterosexual y un recordatorio continuo de esa conexión. (Algunas de estas Lesbianas continúan casadas legalmente con sus maridos).

También tienen acceso a eventos de la comunidad lésbica a los que muchas Lesbianas veteranas nunca podrían permitirse el lujo de asistir, a pesar de que ayudamos a crear nuestras comunidades. Muchos eventos patrocinados por organizaciones “lésbicas” (que ahora se centran principalmente en ayudar a hombres que se hacen pasar por Lesbianas frente a Lesbianas reales) tienen precios deliberadamente altos para mantener la segregación de clases y razas. Sin embargo, algunas de estas ex esposas de ascendencia europea en realidad se quejan de que eran “esclavas” de sus maridos (lo cual es un uso indebido racista común de “esclavitud” y debería aplicarse sólo a personas que han sido propiedad física, legal y literalmente de otras personas). 

La hetero-aceptabilidad también brinda a la mujer mayores oportunidades de adquirir habilidades educativas y laborales, y acceso a servicios legales, médicos, financieros y de otro tipo, que continúan beneficiándola después de convertirse en Lesbiana. Mientras tanto, las Lesbianas de toda la vida, las Butches y las Dyke Fem-identificadas, tienen más probabilidades de ser rechazadas por las escuelas y los empleadores, y discriminadas por dichos servicios, y a menudo terminan en los trabajos más duros y peor pagados, sin recibir atención médica y otros cuidados decentes. Y sin hogar. Las mujeres heterosexuales, y por lo tanto las Lesbianas ex-heterosexuales, tienen más confianza para tratar con estos servicios y sentir que tienen derecho a utilizarlos: un acceso que puede marcar una gran diferencia en la calidad de vida de una Lesbiana y, en situaciones de crisis, puede significar la diferencia entre la vida y la muerte.

No estamos diciendo que las Lesbianas no deban traer consigo las riquezas hetero-obtenidas a nuestras comunidades, pero nos gustaría que se reconociera ese privilegio sobre su procedencia, en lugar de asumir que estas ventajas provinieron de su propio trabajo y, cuando sea posible, compartida (lo que alguna vez fue la política feminista Lesbiana básica). Otra forma de ayudar a otras Lesbianas es defenderlas cuando lidian con los sistemas médico y legal, para ayudarlas a obtener justicia y un mejor tratamiento. Incluso las amigas menos privilegiadas pueden ayudar. Cuando una querida amiga intentaba obtener un seguro médico y luego prepararse para una cirugía de cáncer, un grupo de nosotras, que somos Dyke-separatistas, ayudamos donando sangre Lesbiana segura, yendo a las agencias gubernamentales, haciendo investigaciones médicas y alternativas, planeando pasar cada noche en la habitación del hospital con ella, comprando comida, llevándole víveres, etc. Fui a cada cita médica con ella y le pregunté al cirujano, que tiene fama de cruel, todas las preguntas relevantes que se nos ocurrieron, lo que claramente significaba que el médico fuera más respetuoso. La única vez que tuve que faltar, ese cirujano la trató terriblemente. Este apoyo a veces puede significar la diferencia entre la vida o la muerte.


La hetero-identificación destruye la cultura Lésbica

El Movimiento de Liberación de la Mujer hizo que fueran posibles grandes cambios positivos en la vida de las Lesbianas, y eso se debe en gran medida a que muchas Lesbianas pre-WLM trabajaron para crear el feminismo. 

Sin embargo, muchas ex-heteras Lesbianas defienden y protegen a los hombres y mujeres heteras mucho más que a otras Lesbianas. Cuidan y priorizan personal y políticamente a las mujeres que todavía eligen a los hombres. Proporcionan apoyo para la anticoncepción y el aborto, así como servicios médicos para enfermedades y lesiones causadas por el sexo y el parto, haciendo la vida más tolerable para las mujeres. Ellas se identifican con las heteras diciendo: “Yo estuve ahí una vez”. Como no se reconocen como antiguas colaboradoras, tampoco reconocen la colaboración actual de las mujeres heterosexuales. También presionan a otras Lesbianas para que hagan de las cuestiones hetero-orientadas, una prioridad. En grupos mixtos de Lesbianas y mujeres heterosexuales, las feministas ex-heteras a menudo quieren que las Lesbianas sean menos abiertas, para que las mujeres heterosexuales puedan estar “cómodas”. En otras palabras, apoyan el odio a las Lesbianas por parte de las heteras y ponen en último lugar los derechos y necesidades de las Lesbianas.

Las Lesbianas que promocionan la feminidad y que tratan a las Butches y a las Fem Dykes con desprecio, revelan que en realidad no consideran que las Butches sean realmente mujeres. Este comportamiento es masculino-identificado, no así las Butches a las que acusan de ser “masculinas”. Las Lesbianas que imitan a las heteras apoyando e identificándose con los hombres y sus reglas son masculino-identificadas. Tratan a las Butches de la misma manera que los hombres tratan a las mujeres: con desprecio y cosificación, como un Otro alienígena que, sin embargo, es necesario y utilizado. Tal desprecio por las Lesbianas, como toda opresión, es profundamente doloroso y provoca aislamiento, soledad, pena, enfermedad, desesperación y muerte. La ironía es que las ex-heteras Lesbianas que son tan casualmente maliciosas e indiferentes continúan beneficiándose de las Butches, cuyo coraje y trabajo mantienen vivas las culturas Dyke. Una vez más, esto es una elección de las ex-heteras Lesbianas. No necesitan ser así, como lo demuestran las ex-heteras Separatistas Lesbianas y otras Feministas Radicales Lesbianas que realmente luchan contra la opresión hacia las Lesbianas.

Algunas mujeres no se convirtieron en Lesbianas proque amen a las Lesbianas o se sientan Lesbianas:  salieron del closet porque estuvo de moda por un tiempo, o porque odian a los hombres (sin amar o desear realmente a las Lesbianas), o porque quieren “mejor sexo” y no quieren preocuparse por quedar embarazadas o contraer enfermedades de transmisión sexual, o tienen fantasías pornográficas masculnas sobre las Lesbianas. Nosotras conocimos a Lesbianas ex-heteras que dijeron que se convirtieron en Lesbianas porque no podían obtener lo que querían de los hombres y porque querían ser amadas y cuidadas. Todas queremos ser amadas, pero la diferencia para las Dykes-Loving-Dykes, ta sean de toda la vida o ex-heteras, es que también nos dedicamos a amar a otras Lesbianas y no esperamos que nuestras amigas y amantes centren sus vidas y emociones únicamente en satisfacer nuestras necesidades. 

Las Lesbianas ex-heteras hetero-identificadas han diluido la política Lesbiana en su afán de mantener conexiones con hombres y mujeres heterosexuales, y de obtener aprobación y beneficios materiales de ellos, a pesar de que esa “aprobación” es en su mayor parte simbólica y voyerista. La mayoría de las Lesbianas en posiciones de poder que conocemos son ex-heteras y Fem: CEOs/directoras de organizaciones “Lesbianas” o “LGBT” con salarios enormes, portavoces de los medios, escritoras, “líderes espirituales”, gurús, terapeutas, etc. La razón por la que tantas Lesbianas apoyan los derechos de los hombres heterosexuales que pretenden ser lesbianas para pervertirnos y destruir nuestros últimos espacios exclusivos para mujeres, es porque están acostumbradas a poner a los hombres en primer lugar y valorarlos más. Algunas feministas radicales sospechan que también se debe a que deben sentirse más cómodas teniendo hombres cerca.

Esta cooptación, junto con la reacción deliberada de hombres y mujeres heteras contra nuestros movimientos, causó la actual fragmentación y sangrado de la política Dyke-identificada. Estamos decididas a volver a la esperanza que alguna vez sentimos y estamos trabajando para lograr un nuevo comienzo para el Separatismo Lésbico, con el amor y la unidad Dyke que eso significa. 


Desaprender el odio a las Lesbianas

No estamos diciendo que las Lesbianas ex-heteras nunca deban mencionar haber sido heteras, como tampoco sugeriríamos que las Lesbianas de origen de clase media no deberían decir que son de clase media. Deben ser honestas para que otras Dykes sepan con quién están tratando, pero no deben hacer alarde de su privilegio ni agobiar a las Lesbianas más oprimidas con problemas relacionados con su hetero-pasado.

Planteamos estas cuestiones porque creemos que las comunidades Lesbianas deben reflejar las culturas Lesbianas, no las culturas masculinas o heterosexuales. ¿Queremos que las Lesbianas hetero-identificadas se sientan cómodas en nuestras comunidades, cuando todo el mundo heterosexual las valida, a expensas de las Lesbianas Dyke-identificadas, que no encuentran consuelo y apoyo en ninguna parte? ¿No deberían las comunidades Dyke dar la bienvenida a estas Lesbianas ya que nadie más lo hace?

No intentamos hacer que nadie se sienta mal o culpable. Estamos tratando de proteger y defender a las Lesbianas más marginadas de sufrir daños. El primer paso para luchar contra una injusticia es ponerle nombre. Las Lesbianas ex-heteras a veces se encierran en la autocompasión y el resentimiento cuando otra Lesbiana les dice que sus hetero-valores y suposiciones son opresivos. Se centran únicamente en el dolor y el abuso que sufrieron por parte de los hombres durante sus años heterosexuales, e ignoran el hecho de que habrían sufrido dolor y abuso tanto de hombres como de heteras si hubieran sido Lesbianas toda su vida.

Los psicoterapeutas nos enseñan que debemos “sentirnos bien” con nosotras mismas, sean cuales sean las consecuencias. Por supuesto, es bueno para nosotras sentirnos amorosas y orgullosas de ser Lesbianas, pero no es apropiado que nos sintamos bien oprimiendo a las demás, sin asumir ninguna responsabilidad por los privilegios que tengamos. Esa actitud egoísta no ayuda a nadie, ni siquiera a nosotras mismas. Si nos hemos vendido y colaborado con la injusticia de alguna manera, nos sentiremos mal, lo cual es necesario para motivarnos a cambiar. Nos sentiremos mejor cuando cambiemos, pero si no asumimos la responsabilidad, continuaremos infligiendo dolor a aquellas a quienes oprimimos. Si queremos ser fuertes, Lesbianas verdaderamente Lesbo-Identificadas, entonces nos ayudaremos a nosotras mismas luchando contra la heterosexualidad – incluso si alguna vez fuimos heteras. Luchar contra la injusticia nos beneficia a todas: no es bueno que ninguna Lesbiana obtenga y acumule privilegios que perjudiquen a otras Lesbianas.

En lugar de encerrarse en la ira o ponerse a la defensiva, las ex-heteras Lesbianas deberían apreciar las raras ocasiones en que las Lesbianas de toda la vida y las Butches hablamos de nuestras experiencias. Descubrir las realidades de otras Lesbianas puede ser un verdadero placer y nos enseña sobre nuestras propias vidas. Las nuevas Lesbianas que ingresan a comunidades establecidas tienen la responsabilidad de conocer la política, la historia y las tradiciones de su nuevo hogar (por interés y respeto), tal como deberían hacerlo las personas privilegiadas cuando son invitadas de una cultura o un país oprimido. Las feministas radicales tienen esos valores respecto a otros grupos y culturas oprimidas: ¿por qué no sobre la cultura Lesbiana?

Así como hay grupos para Lesbianas sobre “Desaprender el clasismo” y otras injusticias, ¿por qué no hay grupos para Lesbianas recién salidas del clóset o ex-heteras para “Desaprender la lesbofobia” y “Desaprender el heterosexismo”? Todas las Lesbianas ex-heteras han/hemos demostrado que somos capaces de lograr un tremendo cambio, coraje y amor propio al convertirnos en Lesbianas. Lo que muchas de nosotras no hemos entendido es que tenemos que seguir cambiando para identificarnos más con nuestra nueva yo Lesbiana y menos con nuestra antigua yo hetera.*

[N. de la T. En el texto original las expresiones son Lesbian selves y Het selves]

Para las ex-heteras Lesbianas, desaprender el odio a las Lesbianas primero requiere superar su propia resistencia. Pregúntate por qué eres Lesbiana y piensa realmente en tus respuestas. Observa cómo las heteras te oprimen y traicionan porque tú eres Lesbiana y porque ellas son heteras, y permítete a tí misma sentirte enfadada con ellas. Este es un acto de amor propio. Las heteras son desmesuradamente destructivas para las Lesbianas, y tenemos derecho a estar furiosas con ellas. Su actitud de adoración a los hombres es en sí misma un acto de odio a las Lesbianas, y están colaborando más íntimamente con nuestro enemigo común: los hombres. ¿Por qué hacerlas mucho más importantes que nosotras? Si no te proteges y cuidas como Lesbiana, te será imposible ser realmente cariñosa y protectora con otras Lesbianas.

Es una buena idea que las Lesbianas de toda la vida formen grupos de apoyo y trabajo político para desaprender juntas cualquier valor que hayamos internalizado acerca de preferir a las ex-heteras por encima de nosotras mismas y de las demás. Es importante que las Butches hagan lo mismo, sabiendo que las personas oprimidas a menudo valoran a los opresores más de lo que se valoran a sí mismas. También necesitamos el apoyo mutuo para rechazar las suposiciones e insultos de las ex-heteras Lesbianas y Fems. Es importante desarrollar solidaridad entre nosotras en lugar de vernos obligadas a separarnos defendiendo a ex-heteras y a Lesbianas Fems opresivas a expensas de otras.

Ignorar y negarse a luchar contra cualquier opresión (ya sea racismo, antisemitismo, etnicismo, imperialismo, clasismo, capacitismo, opresión por obesidad, discriminación por edad o heterosexismo) significa participar en ella, deliberadamente o mediante pasividad. Las Lesbianas políticamente responsables y solidarias averiguan cuáles son nuestros privilegios y opresiones y los nombran cuando comunicamos quiénes somos, ya sea por escrito o personalmente. Es tan importante decir si somos ex-heteras o Lesbinas de toda la vida o Lesbianas Nunca-heteras, si somos Butches o no, y si salimos del clóset antes que el Movimiento de Liberación de la Mujer cuando nos describimos, como decir cuál es nuestra lo son la clase y el origen étnico. Las publicaciones Lésbicas deberían fomentar la inclusión de estas categorías culturales Lésbicas siempre que nombren a Lesbianas generalmente excluidas a quienes deseen reconocer y apoyar particularmente.

La invisibilidad, el maltrato y la opresión a las Lesbianas y butches de toda la vida, a las Nunca-heteras y a las que salieron antes del WLM, es simplemente Lesbo-odio, y no sólo afecta a las Lesbianas individualmente: perjudica a todas las Lesbianas individualmente y daña a la seguridad, el amor, la fuerza, la unidad y los logros políticos de nuestras comunidades enteras. Para reconocer que existe heterosexismo entre Lesbianas y combatirlo, debemos nombrarlo y tomar el tema tan en serio como cualquier otra desigualdad que exista.


Notas finales

[1]  Una rara excepción son las directoras y actrices Butch en los cortometrajes del festival anual gratuito de cine Queer Women of Color Film Festival en San Francisco, que fue iniciado por Madeleine Lim, una Butch que era refugiada de la persecución Lesbiana en Singapur. Pero esto no es algo común y parece ser ignorado por los festivales de cine “GBTQWTF”, más prestigiosos y rentables.

[2] Jan Clausen, Sinking, Stealing (Trumansburg, New York: The Crossing Press Feminist Series, 1985), 222. Al describir a una niña abriendo sus regalos de cumpleaños, Clausen dice: “Me quedo quieta en mi silla, contenta de observar desde la distancia el rasgado y el desgarro, el ritual de la violación. Por supuesto que estoy familiarizada con este momento culminante, endémico de las fiestas de cumpleaños: el frenesí despiadado de la desfloración; el gesto descolorido e indiferente con el que cada regalo se deja a un lado mientras el joven rudo busca a tientas nuevos estímulos”. (pág. 25). Este es sólo un ejemplo del extraño heterosexismo de este libro; sin embargo, recibió excelentes críticas de publicaciones feministas Lesbianas de Estados Unidos. Unos años más tarde, la amante de toda la vida de Jan, la descubrió siendo follada por un secreto en su propia cama. 

[3] Sonia Johnson,Going Out of Our Minds: The Metaphysics of Liberation (Freedom, Calif.: The Crossing Press, 1987), 116-117. Su libro El barco que navegó hacia la sala de estar es uno de los más Lesbo-odiantes que he visto, escrito por una feminista lesbiana recién salida del closet y previamente descrita como “irremediablemente heterosexual”. Ella proyecta todo su odio hacia los hombres y su masculino-identificación hacia las Lesbianas. También es racista al inventar un personaje de “mujer negra” que utiliza para menospreciar la cultura afroamericana.


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